jueves, septiembre 14, 2006

Me duele tu partida

a la memoria de Andrés Castro Ríos

(1942-2006)

Hoy ha muerto un hombre al que nunca conocí, pero de quien sé algo. Conozco su legado en las letras del país, su amor por la poesía, su contribución a nuestra cultura. Si tuviera sombrero me lo quitaba. Como no tengo, sólo diré que he llorado. Saber su partida me entristece. Me hace pensar que algún día llegará la mía, y a la mía le huyo tanto, le coqueteo tanto, me le escondo tanto, la desafío tanto…

Se me hace imposible creer con mi voz de lógica cuasiracional que hay algo después de esta carne. ¿Cómo he de creerlo, si de noche no siempre tengo sueños? ¿Es esa falta de consciencia en la inconciencia, la que anula la posibilidad de actividad mental más allá de los cerrados ojos? ¿Cómo he de creer que voy a sentir, a ver, a percibir cosas cuando mis ojos se cierren para siempre, si cuando los he cerrado para la anestesia de las amígdalas, de la extracción de los senos paranasales, de la intervención uterina, no he sentido, ni visto, ni percibido nada de nada? ¿Qué ignorante arrogancia podría hacerme creer que cuando cesen mis signos vitales sí voy a sentir cosas que ahora no me parecen posibles?

Recurrí a la magia y a la fantasía alguna vez en tantas religiones, pero ya no me trago esos cuentos. Quisiera creérmelos. Todos ellos. Cualquiera de ellos. Volver a sentir esa magia de anhelar un levantamiento de cuerpos, un revivir de lo incorpóreo con mis mismos rasgos, aquí o en otro mundo, en el paraíso o el cielo a pesar de que hayan pasado milenios, o de que sólo existan de mí cenizas, o gusanos, o tierra de abono. Creerme el cuento chino, o el de hadas pero conforme, sin que por ello se traicione mi inteligencia o razonamiento, eso quisiera. No me es posible. No se me da. Quiero creer y la mente que me ha regalado el universo no me lo permite. Desearía poner la fe en ese algún truco mágico que me asegure que regresarán a mí los recuerdos de esta vida, de aquellos a quienes perdí en ella, de aquellos a quienes cargué en el vientre, o abracé, o hice el amor.

Me duele tu partida, gran poeta. Me duele porque me recuerda lo inminente de la mía.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

y a mi me fascina tu prosa gran escritora. gracias por andar con nosotros. intuyo, que al igual que al amigo poeta que ha partido, tu permaneceras por siempre en la palabra...

besos

Anónimo dijo...

Por que te entiendo tanto. Por que le das tanto sentido a todo esto que no lo tiene...

Ana María Fuster Lavin dijo...

Mañana sábado 16 de septiembre a las 10am

se le rendirá un homenaje póstumo

al poeta Andrés Castro Rios en la Casa Aboy,

en la Avenida Ponce de León, Miramar.


** Yolanda tu escrito es una joya, maravilloso e impresionante, sensibilidad, luz y vida.
te extiendo un fuerte abrazo con cariño y admiración

Acerca de mí

Mi foto
Yolanda Arroyo Pizarro (Guaynabo, 1970). Es novelista, cuentista y ensayista puertorriqueña. Fue elegida una de las escritoras latinoamericanas más importantes menores de 39 años del Bogotá39 convocado por la UNESCO, el Hay Festival y la Secretaría de Cultura de Bogotá por motivo de celebrar a Bogotá como Capital Mundial del libro 2007. Acaba de recibir Residency Grant Award 2011 del National Hispanic Cultural Center en Nuevo México. Es autora de los libros de cuentos, ‘Avalancha’ (2011), ‘Historias para morderte los labios’ (Finalista PEN Club 2010), y ‘Ojos de Luna’ (Segundo Premio Nacional 2008, Instituto de Literatura Puertorriqueña; Libro del Año 2007 Periódico El Nuevo Día), además de los libros de poesía ‘Medialengua’ (2010) y Perseidas (2011). Ha publicado las novelas ‘Los documentados’ (Finalista Premio PEN Club 2006) y Caparazones (2010, publicada en Puerto Rico y España).

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