El nene cantaba “será, será, será…, será la lune” y apuntaba con el dedo hacia arriba. No sabía pronunciar “luna”. Miraba al cielo, de noche, y gritaba el nombre del astro en su dialecto tresañero. Notaba que yo era tan oscura como ese manto que cubría la “lune” y que mi amado era tan claro como la dichosa “lune”. El nene me decía baby; así me decía mi amor y él lo imitaba. El nene se abrazaba a mí si se caía, si tenía fiebre, si deseaba un cuento de hadas para acostarse a dormir. El nene reía cuando yo lo recogía en el prekinder, si lo vestía de gallo para Halloween, de marinerito para su graduación con honores y alborotaba en los pasillos de la Yupi cuando yo carreteaba con él intentando terminar un bachillerato infinito. La profesora de finanzas nos detestaba. Nos veía llegar a Osuna y poco le importaba que yo le tuviera el biberón listo y la promesa de quedarse calladito en una esquina sin molestar. El nene sigue siendo mío, muy mío. Él fue mi primer simulacro de vida en el vientre fuera de mi vientre. Yo fui su primera mamá, su primera nana, su primera consentidora. El nene mide hoy más que yo. Está lejos. Y es tan guapo. Trae los genes de su primera madre y el amado de antaño.
martes, diciembre 26, 2006
Será la lune
El nene cantaba “será, será, será…, será la lune” y apuntaba con el dedo hacia arriba. No sabía pronunciar “luna”. Miraba al cielo, de noche, y gritaba el nombre del astro en su dialecto tresañero. Notaba que yo era tan oscura como ese manto que cubría la “lune” y que mi amado era tan claro como la dichosa “lune”. El nene me decía baby; así me decía mi amor y él lo imitaba. El nene se abrazaba a mí si se caía, si tenía fiebre, si deseaba un cuento de hadas para acostarse a dormir. El nene reía cuando yo lo recogía en el prekinder, si lo vestía de gallo para Halloween, de marinerito para su graduación con honores y alborotaba en los pasillos de la Yupi cuando yo carreteaba con él intentando terminar un bachillerato infinito. La profesora de finanzas nos detestaba. Nos veía llegar a Osuna y poco le importaba que yo le tuviera el biberón listo y la promesa de quedarse calladito en una esquina sin molestar. El nene sigue siendo mío, muy mío. Él fue mi primer simulacro de vida en el vientre fuera de mi vientre. Yo fui su primera mamá, su primera nana, su primera consentidora. El nene mide hoy más que yo. Está lejos. Y es tan guapo. Trae los genes de su primera madre y el amado de antaño.
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Acerca de mí
- Yolanda Arroyo Pizarro
- Yolanda Arroyo Pizarro (Guaynabo, 1970). Es novelista, cuentista y ensayista puertorriqueña. Fue elegida una de las escritoras latinoamericanas más importantes menores de 39 años del Bogotá39 convocado por la UNESCO, el Hay Festival y la Secretaría de Cultura de Bogotá por motivo de celebrar a Bogotá como Capital Mundial del libro 2007. Acaba de recibir Residency Grant Award 2011 del National Hispanic Cultural Center en Nuevo México. Es autora de los libros de cuentos, ‘Avalancha’ (2011), ‘Historias para morderte los labios’ (Finalista PEN Club 2010), y ‘Ojos de Luna’ (Segundo Premio Nacional 2008, Instituto de Literatura Puertorriqueña; Libro del Año 2007 Periódico El Nuevo Día), además de los libros de poesía ‘Medialengua’ (2010) y Perseidas (2011). Ha publicado las novelas ‘Los documentados’ (Finalista Premio PEN Club 2006) y Caparazones (2010, publicada en Puerto Rico y España).
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