Luna de las dos y media de la tarde, Dorado, Puerto Rico
13 de enero de 2008
Ella tiene el pie roto.
El gnomo que la piensa y la extraña, la piensa y la extraña.
Ella cojea.
El gnomo no menstrua.
Ella se desplaza en muletas.
El gnomo se mueve chapoteando entre olas de una piscina amarilla, como sus cabellos hermosamente desteñidos.
Vistariles y ambien CR.
Ella ha vuelto; de nuevo se ha hecho presente.
Extraña al gnomo y él se da cuenta, por primera vez en mucho tiempo, cuanto la necesita.
Ella da declaraciones. Hace falta. Es esencial, inevitable.
El gnomo prepara el encuentro para el próximo mes del eclipse. La luna ya no sale de noche. Se ha obsesionado con el amarillo sol y lo persigue ascendente durante el día.
El sol se trata de esconder. Intenta el “Looky Loo”.
La luna le hace coqueterías. “Ven a verme”. “Quiero tocarte el rostro”. Se bambolea hacia el frente. Le muestra el nacimiento de los pechos morenos, muerde un lápiz mientras le regala un guiño cuando modela de lado.
Eclipse total de Luna, visible en la noche del 20 de febrero de 2008.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario