Vaticinio: tendremos pez león hasta octubre
Por Yolanda Arroyo Pizarro
Un pez de rayas marrones (aquí se diría “algo trigueño”) se está reproduciendo como conejo (o sea rápidamente) en las tibias aguas caribeñas a la vez que devora a comodidad especies nativas, pica a buzos y causa estragos entre los bañistas. El pez león—también conocido como pez escorpión, originario de los océanos Pacífico e Indico—escapó de un acuario de Tampa en Florida y está apareciendo por todas partes, desde las costas de Cuba y La Española (Haití y República Dominicana), México, Costa Rica, Colombia, las Islas de San Andrés hasta Cayman Islands.
Fastuoso y exuberante, variado en diseño y color, cuando el pez león extiende sus inmensas aletas pectorales parece una pequeña mantarraya o incluso una criatura de otro mundo. Dondequiera que aparece el depredador acorrala a peces y crustáceos mucho más grandes que él y los come en un bocado violento. Sus aletas, especialmente su aleta anal, son extremadamente venenosas. El veneno, según expertos, puede causar la muerte en los humanos si el paciente es alérgico o no es atendido con prontitud. La picadura del Pterois volitans provoca dolor intenso, náuseas, dolor en articulaciones, ansiedad y colapso cardiovascular, entre otros síntomas.
"Esto muy bien podría ser la invasión marina más devastadora de la historia", dijo Mark Hixon, un experto en ecología marina de la Universidad Estatal de Oregon, quien comparó al pez león con una plaga de langostas. "Probablemente no hay forma de detener la invasión por completo", señaló. Se cree que puede causar la extinción de más de 200 especies de peces según reportes de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés). La Unión Mundial de Conservación la considera una de las 100 peores invasiones de especies introducidas.
Creo que el problema del pez león pululando en las playas de Puerto Rico (y demás litorales) tiene solución. Solo basta leer el siguiente titular: El derrame de crudo seguirá hasta el otoño. El derrame de petróleo en el Golfo de México que tiene al mundo en ascuas, con esto de los huracanes y las corrientes inducidas por fenómenos impulsores tales como los polvos del desierto del Sahara, madrugará en aguas boricuas en menos de lo que canta un gallo. Tendremos olas negras, bañadas en combustible, en un abrir y cerrar de ojos, si la cosa sigue como va. Según un informe del Ministerio Ruso de Recursos Naturales, el siniestro de British Petroleum (BP) está amenazando a toda la mitad oriental del continente de América del Norte con "destrucción total". Con tener paciencia y sentarnos a esperar a que la mancha del crudo llegue hasta la Isla bastará. La realidad de la catástrofe ecológica en aguas circundantes será cuestión de tronar los dedos. Y entonces la vida marina, tal y como la conocemos, dejará de existir. Pez león incluido.
1 comentario:
He tenido el placer de verlo dos veces entre las rocas y siempre en el fondo del mar, solito esta huérfano su madre la leona no alcanzo a llegar...
vive a la defensiva por eso pelea le fue arrebatado su arrecife
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