Portada 3er suplemento En Rojo Queer 2012 Periódico Claridad Diseñada por el gran Iván Figueroa Luciano |
Junio, mes de orgullo gay
Cuando el Suplemento En Rojo, se me acercó con la idea de un
En Rojo Queer para celebrar el mes de orgullo gay, no pude anticipar el
cariño, apoyo y entusiasmo con que el mismo sería recibido. Estos 3 años los
colaboradores se esmeran para compartir trabajo de calidad, talento y trabajo
sin reservas. El número no tiene un tema coherente, no he podido lograrlo, es
tanta la diversidad de nuestras contribuciones a la cultura y a la sociedad en
Puerto Rico, que escoger un tema sería ponerle una camisa de fuerza a esa
realidad. Sí hay una hebra que une el número; así sea desde nuestros empleos,
nuestra poesía y nuestra literatura, desde las cortes defendiendo nuestros
derechos ciudadanos o como activistas individuales u organizados, comprobamos
que no somos las víctimas que los medios corporativos quieren presentar, ni las
caricaturas que los medios televisivos quisieran manipular. Somos gente, somos
pueblo, multidimensionales y visibles. Nos integramos a nuestras comunidades de
muchas maneras y no se nos puede negar. Y tenemos aliadas y aliados que trabajan
con nosotr@s, hombro con hombro. Aliad@s que tampoco han dudado un segundo, en
responder al pedido del Suplemento. Este número incluye nuevos aliados, que con
sus anuncios*, no sólo han expresado su apoyo a nuestras comunidades, sino que
hacen posible la continuación de este esfuerzo que en su tercer año todavía no
ha sido replicado por ninguna otra publicación, impresa o digital. Debemos
trabajar y presionar para que eso cambie.
En este número, le doy gracias
a Dwayne, a la sección de Orientación Sexual de la Clínica de Derechos de la
Universidad de Puerto Rico y a Hiram Meléndez, por defender los derechos
constitucionales de tod@s l@s Puertorriqueñ@s. Le doy las gracias a Yolanda
Arroyo por compartir y contarnos de su vida y su trabajo y la nomino como
embajadora cultural de nuestra comunidad. Le doy las gracias a Rígel Lugo y a
Bernat Tort por la amistad, la solidaridad, y el amor incondicional que nos
tenemos además de producir un ensayo que estoy seguro será discutido y citado en
amplios espacios. A Zulma Oliveras y Luis Continental por sus experiencias
personales. Mi respeto y admiración a Roberto Pastrana por su activismo y mi
apoyo por el amplio trabajo de base de la Coalición Contra la Homofobia y el
Discrimen. Un abrazo impreso a David Caleb Acevedo por hacerme disponible su
hermoso poemario y su entrevista a Yolanda Arroyo, y otro abrazo impreso a
Lilliana Ramos por su reseña de una noche para muchos inolvidable. Gracias al
equipo del Suplemento En Rojo, a CLARIDAD, a las lectoras y los
lectores. ¡Feliz mes de Orgullo LGBTTQI!
Yoryie
Irizarry
Editor Invitado
Entrevista a Yolanda Arroyo Pizarro “Soy activista a través de la literatura”
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Publicado: lunes, 28 de mayo de 2012 | |
Por David Caleb Acevedo/Suplemento Especial
David Caleb Acevedo: ¿Qué es lo que más te apasiona de la vida?
Yolanda Arroyo Pizarro: Me apasiona mi hija Aurora, y me apasiona mi Zulma. Me apasiona observar, leer y escribir, en ese orden; escuchar y conversar, en ese orden.
Háblame de la relación con tu hija.
Aurora tiene 13 años. Ya se saca las cejas, juega soccer y volleyball, está en el cuadro de honor de su escuela y lee vorazmente desde su Kindle for Ipod. Su padre y yo nos la dividimos lo mejor que podemos, dadas las circunstancias. Siempre la mantuve al tanto, de forma honesta, sobre todos los cambios que se sucedían en mi entorno. Luego que me divorcié y entré en la relación de pareja que llevo con Zulma, ella y yo lo dialogamos. Tenía en aquel momento 10 años y lo entendió a la perfección. Hoy es una de las mejores amigas de Zulma, la mujer que comparte mi cama, nuestra casa y nuestra vida.
Háblame de tu familia, tu relación con ellos. ¿Cómo plasmas dicha relación en tu literatura?
Mi padre y mis hermanos quieren y respetan muchísimo a Zulma. Por otro lado, fui una niña abandonada por su madre. Mi literatura se nutre, sin querer o queriendo, de ese abandono.
¿Cómo define Yolanda Arroyo-Pizarro su relación personal con la negritud?
Siempre he sido negra…desde que recuerdo, así que mi relación con la negritud es una relación ancestral y primitiva que ha pasado por varias fases, incluidas la del intento de blanqueamiento del inconsciente colectivo, hasta la actual activismo militante que me urge a escribir sobre el tema con la pasión que se me brota de las palabras.
¿Cómo te define como escritora el ser mujer, puertorriqueña, negra y lesbiana?
Es un caleidoscopio complejo de sensaciones y experiencias porque constantemente se me etiqueta por algo. Al principio fue incómodo, pero soy resiliente y una vez descubrí que el ser humano promedio necesita de esas etiquetas para incluirme en sus referentes cognitivos pragmáticos, dejé de sentirlo como un ataque y atesoré más ese intento del “otro” por entenderme y por entenderse él mismo. Lo chévere es que a cualquier tipo de congreso literario o cultural te invitan, así sea en Burundi, porque una es tantas cosas que la inclusión es casi automática.
¿Por qué has dicho en otras entrevistas que te consideras una mujer híbrida?
Porque mi imaginario viene de una estructura híbrida: mezclo entrevistas, cuento y poesía, dialogo con lectores entre reseñas y críticas para luego terminar en el ensayo literario y en el de opinión. Además, dicen que he escrito un extraño libro híbrido titulado La macacoa: vivir la creación literaria con toda esa mescolanza de voces y márgenes en la cabeza. Me pasa que cuando se me acepta por negra, se me rechaza por lesbiana; cuando se me acepta por mujer, se me rechaza por negra… y así en una perenne combinación que hace imposible que encaje en algún lugar del todo.
Háblame de la transgresión y de la literatura transgresora. ¿Qué es? ¿Cómo la defines? ¿Eres partidaria de la misma?
Transgredir es romper. Y me gusta romper para provocar el pensamiento crítico. Me atraen los espacios de rupturas de género y de identidad. Por ejemplo, en Caparazones (novela), la mujer que decide tener familia en dos hogares diferentes rompe con la estructura tradicional del macho que por siglos lo ha logrado. Soy partidaria de esos entornos porque caen en lo novedoso y no aburren al lector. Todo lo que involucre pensamiento crítico, capacidad de asimilación e inteligencia emocional me atrae.
Tu literatura está plagada de personajes marginados dentro del propio margen, marginalizados por los compañeros de sus mismos márgenes. Sé que ésta ha sido tu experiencia personal. Háblame de ello.
Cuando inicié la investigación sobre la inmigración ilegal al país, con el fin de escribir la novela ‘Los documentados’, me topé no solo con la discriminación en contra de dominicanos por puertorriqueños, sino también de dominicanos contra haitianos. Ese fue el momento de mi despertar a ese mundo del margen dentro del margen. Fue horrible, me puse muy deprimida al darme cuenta que el asunto es una eterna caja china, unas matruskas infinitas que las abres y allí vez más y más, dentro de lo que parece un núcleo interminable. Por eso me interesa tanto el tema.
Háblame de tu poética erótica. Caparazones tiene escenas pornográficas. Si entendemos la relación erótica vs. pornografía como sugerencia vs. demostración, ¿por qué te sitúas en la pornografía? ¿Sientes que tienes que justificarla en un texto?
Siento que siempre hay que justificar la erótica en un texto. Me siento vaga, o floja si la escena erótica está ahí porque sí. No creo en la gratuidad del sexo por el sexo. Ni siquiera lo visualizo así en mi vida de carne y hueso. Entonces tampoco lo adopto en mi vida de palabras. La pornografía, la sensualidad y la erótica necesitan una razón de ser en mi constructo literario. Debe ocurrir algo necesariamente importante mientras se da la escena, que ate el grueso de la historia, el diálogo de los personajes y las claves del conflicto. Si me sitúo en la pornografía, es simplemente un devenir que fluye. No lo hago adrede.
¿Cuándo y cómo defines que un escrito tuyo está terminado? Acabo de terminar de leer Epidemiología, un libro de tan solo dos cuentos, muy transgresor, comenzando, precisamente por el número de cuentos.
Creo que eso se siente. Creo que la intuición es el mejor amigo del escritor. Pero a la intuición hay que educarla, hay que adiestrarla. No te puede andar aconsejando cualquier cosa porque sí. Tienes que permitirle ver todos los escenarios, diferentes panoramas y las respuestas que con el tiempo ambos van construyendo. Tiene que saber qué te gusta y qué no, y cuando se crea esa simbiótica, ahí es cuando debes permitirle que dirija tu vida literaria. Cuando ya son tan íntimos que parecen ser uno mismo.
¿Cuándo nace Boreales, la Revista?
Boreales, el concepto, se inició como espacio de ejercicios narrativos cortos en el blog, en la dirección http://narrativadeyolanda.blogspot.com/ . Lo creé en 2005 para dar difusión a textos de mi autoría. Luego comencé a invitar a otros escritores. En 2009 se convirtió en una Revista Literaria impresa cuyo primer número se lanzó en 2010. Es un proyecto de publicación alternativo para escritores a quienes admiro.
Durante la Feria Internacional de Libro de Guadalajara, fuiste la primera puertorriqueña/negra/lesbiana en pertenecer al distinguido Jurado del Premio Sor Juana 2011. ¿Cómo describes esa experiencia?
He sido muy afortunada de que la directora haya depositado sus ojos en mí, y haya confiado tan honrosa tarea en una persona como yo que ama las letras, que se acerca a la literatura con respeto y que entiende la misión y la visión de lo que logran este tipo de iniciativas. Creo que el Festival de la Palabra de Puerto Rico que dirige Mayra Santos Febres me brindó la exposición que necesitaba para llamar la atención de otros festivales y congresos literarios internacionales.
¿Qué se siente el dar talleres de escritura creativa? ¿Por qué los das? ¿Qué te ilusiona de ellos?
Le tengo fe al acto de acercar la energía afectiva entre seres que se respetan y que son igual de fiebrús que uno con la literatura. Por eso doy talleres y tallereo junto a mis participantes. Por eso y porque creo en la continuidad de algún tipo de escuela literaria que dé estructura y diligencia.
¿Te consideras activista? ¿A qué tipo de activismo te dedicas? ¿Cómo lo haces?
Supongo que soy activista a través de la literatura. Además, suelo ser muy opinionada y compartir mis ideas sobre los temas que acontecen en el país, ya sea desde el blog que manejo, desde la revista, o desde alguna otra publicación.
Fuentes:
http://www.claridadpuertorico.com/content.html?news=94FB97D09604D7F57D394DEADC383166
http://www.claridadpuertorico.com/content.html?news=9534AB24BE6BD00B364A37BC64970645
http://www.claridadpuertorico.com/content.html?news=9482E4E2E1F3CDC7943CBCE2BF7C46B3
David Caleb Acevedo: ¿Qué es lo que más te apasiona de la vida?
Yolanda Arroyo Pizarro: Me apasiona mi hija Aurora, y me apasiona mi Zulma. Me apasiona observar, leer y escribir, en ese orden; escuchar y conversar, en ese orden.
Háblame de la relación con tu hija.
Aurora tiene 13 años. Ya se saca las cejas, juega soccer y volleyball, está en el cuadro de honor de su escuela y lee vorazmente desde su Kindle for Ipod. Su padre y yo nos la dividimos lo mejor que podemos, dadas las circunstancias. Siempre la mantuve al tanto, de forma honesta, sobre todos los cambios que se sucedían en mi entorno. Luego que me divorcié y entré en la relación de pareja que llevo con Zulma, ella y yo lo dialogamos. Tenía en aquel momento 10 años y lo entendió a la perfección. Hoy es una de las mejores amigas de Zulma, la mujer que comparte mi cama, nuestra casa y nuestra vida.
Háblame de tu familia, tu relación con ellos. ¿Cómo plasmas dicha relación en tu literatura?
Mi padre y mis hermanos quieren y respetan muchísimo a Zulma. Por otro lado, fui una niña abandonada por su madre. Mi literatura se nutre, sin querer o queriendo, de ese abandono.
¿Cómo define Yolanda Arroyo-Pizarro su relación personal con la negritud?
Siempre he sido negra…desde que recuerdo, así que mi relación con la negritud es una relación ancestral y primitiva que ha pasado por varias fases, incluidas la del intento de blanqueamiento del inconsciente colectivo, hasta la actual activismo militante que me urge a escribir sobre el tema con la pasión que se me brota de las palabras.
¿Cómo te define como escritora el ser mujer, puertorriqueña, negra y lesbiana?
Es un caleidoscopio complejo de sensaciones y experiencias porque constantemente se me etiqueta por algo. Al principio fue incómodo, pero soy resiliente y una vez descubrí que el ser humano promedio necesita de esas etiquetas para incluirme en sus referentes cognitivos pragmáticos, dejé de sentirlo como un ataque y atesoré más ese intento del “otro” por entenderme y por entenderse él mismo. Lo chévere es que a cualquier tipo de congreso literario o cultural te invitan, así sea en Burundi, porque una es tantas cosas que la inclusión es casi automática.
¿Por qué has dicho en otras entrevistas que te consideras una mujer híbrida?
Porque mi imaginario viene de una estructura híbrida: mezclo entrevistas, cuento y poesía, dialogo con lectores entre reseñas y críticas para luego terminar en el ensayo literario y en el de opinión. Además, dicen que he escrito un extraño libro híbrido titulado La macacoa: vivir la creación literaria con toda esa mescolanza de voces y márgenes en la cabeza. Me pasa que cuando se me acepta por negra, se me rechaza por lesbiana; cuando se me acepta por mujer, se me rechaza por negra… y así en una perenne combinación que hace imposible que encaje en algún lugar del todo.
Háblame de la transgresión y de la literatura transgresora. ¿Qué es? ¿Cómo la defines? ¿Eres partidaria de la misma?
Transgredir es romper. Y me gusta romper para provocar el pensamiento crítico. Me atraen los espacios de rupturas de género y de identidad. Por ejemplo, en Caparazones (novela), la mujer que decide tener familia en dos hogares diferentes rompe con la estructura tradicional del macho que por siglos lo ha logrado. Soy partidaria de esos entornos porque caen en lo novedoso y no aburren al lector. Todo lo que involucre pensamiento crítico, capacidad de asimilación e inteligencia emocional me atrae.
Tu literatura está plagada de personajes marginados dentro del propio margen, marginalizados por los compañeros de sus mismos márgenes. Sé que ésta ha sido tu experiencia personal. Háblame de ello.
Cuando inicié la investigación sobre la inmigración ilegal al país, con el fin de escribir la novela ‘Los documentados’, me topé no solo con la discriminación en contra de dominicanos por puertorriqueños, sino también de dominicanos contra haitianos. Ese fue el momento de mi despertar a ese mundo del margen dentro del margen. Fue horrible, me puse muy deprimida al darme cuenta que el asunto es una eterna caja china, unas matruskas infinitas que las abres y allí vez más y más, dentro de lo que parece un núcleo interminable. Por eso me interesa tanto el tema.
Háblame de tu poética erótica. Caparazones tiene escenas pornográficas. Si entendemos la relación erótica vs. pornografía como sugerencia vs. demostración, ¿por qué te sitúas en la pornografía? ¿Sientes que tienes que justificarla en un texto?
Siento que siempre hay que justificar la erótica en un texto. Me siento vaga, o floja si la escena erótica está ahí porque sí. No creo en la gratuidad del sexo por el sexo. Ni siquiera lo visualizo así en mi vida de carne y hueso. Entonces tampoco lo adopto en mi vida de palabras. La pornografía, la sensualidad y la erótica necesitan una razón de ser en mi constructo literario. Debe ocurrir algo necesariamente importante mientras se da la escena, que ate el grueso de la historia, el diálogo de los personajes y las claves del conflicto. Si me sitúo en la pornografía, es simplemente un devenir que fluye. No lo hago adrede.
¿Cuándo y cómo defines que un escrito tuyo está terminado? Acabo de terminar de leer Epidemiología, un libro de tan solo dos cuentos, muy transgresor, comenzando, precisamente por el número de cuentos.
Creo que eso se siente. Creo que la intuición es el mejor amigo del escritor. Pero a la intuición hay que educarla, hay que adiestrarla. No te puede andar aconsejando cualquier cosa porque sí. Tienes que permitirle ver todos los escenarios, diferentes panoramas y las respuestas que con el tiempo ambos van construyendo. Tiene que saber qué te gusta y qué no, y cuando se crea esa simbiótica, ahí es cuando debes permitirle que dirija tu vida literaria. Cuando ya son tan íntimos que parecen ser uno mismo.
¿Cuándo nace Boreales, la Revista?
Boreales, el concepto, se inició como espacio de ejercicios narrativos cortos en el blog, en la dirección http://narrativadeyolanda.blogspot.com/ . Lo creé en 2005 para dar difusión a textos de mi autoría. Luego comencé a invitar a otros escritores. En 2009 se convirtió en una Revista Literaria impresa cuyo primer número se lanzó en 2010. Es un proyecto de publicación alternativo para escritores a quienes admiro.
Durante la Feria Internacional de Libro de Guadalajara, fuiste la primera puertorriqueña/negra/lesbiana en pertenecer al distinguido Jurado del Premio Sor Juana 2011. ¿Cómo describes esa experiencia?
He sido muy afortunada de que la directora haya depositado sus ojos en mí, y haya confiado tan honrosa tarea en una persona como yo que ama las letras, que se acerca a la literatura con respeto y que entiende la misión y la visión de lo que logran este tipo de iniciativas. Creo que el Festival de la Palabra de Puerto Rico que dirige Mayra Santos Febres me brindó la exposición que necesitaba para llamar la atención de otros festivales y congresos literarios internacionales.
¿Qué se siente el dar talleres de escritura creativa? ¿Por qué los das? ¿Qué te ilusiona de ellos?
Le tengo fe al acto de acercar la energía afectiva entre seres que se respetan y que son igual de fiebrús que uno con la literatura. Por eso doy talleres y tallereo junto a mis participantes. Por eso y porque creo en la continuidad de algún tipo de escuela literaria que dé estructura y diligencia.
¿Te consideras activista? ¿A qué tipo de activismo te dedicas? ¿Cómo lo haces?
Supongo que soy activista a través de la literatura. Además, suelo ser muy opinionada y compartir mis ideas sobre los temas que acontecen en el país, ya sea desde el blog que manejo, desde la revista, o desde alguna otra publicación.
Zulma Oliveras Vega, el testimonio de una luchadora queer
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Publicado: lunes, 28 de mayo de 2012 | |
Mientras estudiaba en Pennsylvannia me alisté en la reserva del Navy hasta
que me enteré de las violaciones de derechos humanos en Vieques y decidí irme
AWOL en forma de protesta. Tenía 21 años cuando salí del clóset con mis padres.
Les envié una carta explicándoles mi decisión de preferencia sexual y ellos
quemaron la misiva. Decidí entonces mudarme a San Francisco, a la “Gay Mecca”
para vivir “la vida loca” a plenitud. Fue en California donde creció mi psiquis
patriótica y mi sentido de defender los derechos humanos “by any means
necessary.” Mientras estudiaba la Maestría en Consejería, me uní con las
organizadoras del San Francisco Dyke March como maestra de ceremonias. Hablé
sobre la historia escondida de Puerto Rico y participé representando a nuestra
Isla y países reprimidos en desobediencias civiles, como Vieques y
Palestina. Llegó un momento en mi vida donde deseaba regresar a la Patria y me
visualicé trabajando con gente solidaria por los derechos de equidad y para el
mejoramiento de nuestro país.
Ser lesbiana me ha hecho más consciente de mi entorno, y de las necesidades de mi mundo. Me ha colocado en el lugar del marginado y ello necesariamente ha despertado mi deseo de ayudar, luchar, ser solidaria. Por eso trabajo en una organización de base comunitaria y creo que por eso me he unido a tantas otras causas que exigen derechos para el colectivo LGBTTQ y otros grupos (mujeres maltratadas, inmigrantes, palestinos, etc.). Ser queer también me ha hecho sentir más libre y desear la misma libertad para mis compatriotas, para mi pareja, mi hija, mis sobrinos, sobrinas y demás familiares. Deseo un país con equidad, con paridad, con libertad y estoy convencida de que ser gay me ha llevado a ese despertar de conciencia.
A pesar de que, lamentablemente, la violencia doméstica existe, siento un orgullo muy grande en ser Manejadora de Casos en Proyecto Matria. Contribuyo para el mejoramiento socioeconómico de las mujeres Puertorriqueñas y Caribeñas. Defiendo los derechos humanos de las mujeres jefas de familia y abogo por la equidad. Me encargo de intentar erradicar la violencia de género y machista ayudando a jefas de familia sobrevivientes.
Ser lesbiana me ha hecho más consciente de mi entorno, y de las necesidades de mi mundo. Me ha colocado en el lugar del marginado y ello necesariamente ha despertado mi deseo de ayudar, luchar, ser solidaria. Por eso trabajo en una organización de base comunitaria y creo que por eso me he unido a tantas otras causas que exigen derechos para el colectivo LGBTTQ y otros grupos (mujeres maltratadas, inmigrantes, palestinos, etc.). Ser queer también me ha hecho sentir más libre y desear la misma libertad para mis compatriotas, para mi pareja, mi hija, mis sobrinos, sobrinas y demás familiares. Deseo un país con equidad, con paridad, con libertad y estoy convencida de que ser gay me ha llevado a ese despertar de conciencia.
A pesar de que, lamentablemente, la violencia doméstica existe, siento un orgullo muy grande en ser Manejadora de Casos en Proyecto Matria. Contribuyo para el mejoramiento socioeconómico de las mujeres Puertorriqueñas y Caribeñas. Defiendo los derechos humanos de las mujeres jefas de familia y abogo por la equidad. Me encargo de intentar erradicar la violencia de género y machista ayudando a jefas de familia sobrevivientes.
Fuentes:
http://www.claridadpuertorico.com/content.html?news=94FB97D09604D7F57D394DEADC383166
http://www.claridadpuertorico.com/content.html?news=9534AB24BE6BD00B364A37BC64970645
http://www.claridadpuertorico.com/content.html?news=9482E4E2E1F3CDC7943CBCE2BF7C46B3
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