Caparazones, una
novela que sabe a tamarindo
Por Javier Valentín
Feliciano
Y sucedió en aquél entonces, una historia de amor…
Jorge Amado
“Cuando se toma un tamarindo con la punta de los dedos, se
parte, se abre, se remueve la cáscara y se coloca en la entrepierna, y se lame,
se empuja con la lengua, se saborea y se retira la pulpa de la pepita a
mordisquitos, pedazo a pedacito…”- Tamarindo- Yolanda Arroyo Pizarro
Leer la novela Caparazones
escrita por la poeta, cuentista y novelista puertorriqueña Yolanda Arroyo
Pizarro es como probar un delicioso tamarindo. Igual al poema de Arroyo Pizarro
que lleva ese mismo título. Desde que agarré esa novela en mis manos, no la
pude soltar. Esa novela me llegó.
Reacción similar la tuve cuando hace años atrás me
leí otra novela de la literatura puertorriqueña Felices días, tío Sergio de Magali García Ramis. Resultó en una
sensación similar, una novela corta que se saborea de principio a fin, igual o
mejor que un tamarindo. O novelas como Salón
de belleza del mexicano Mario Bellatín o Bonsai del chileno Alejandro Zambra que son una delicia leerlas.
Eran los años ochenta, camino a la escuela
elemental. Mis compañeros de clases y yo
nos trepábamos en los árboles de ese gustoso fruto, burlando así a los dueños
de las casas donde los tenían sembrados.
Rápido cruzábamos la verja, mirábamos a nuestro alrededor y ahí íbamos a
treparlo. Luego de comer uno tras otro, nos llevábamos a nuestras casas los que
sobraban para así preparar jugo. En aquel tiempo, mi hermana Rosa preparaba uno
que resultaba una delicia.
Similar a probar un tamarindo significa leer la
exquisita novela Caparazones de
Yolanda, cariñosamente Yola, para quienes la conocemos y admiramos sus obras
que son muchas. Pues la lectura no me soltó y cada vez que me remonto a aquella
primera lectura, digo a mis adentros, qué hermoso y cuán grande es el arte de
la literatura. Mi profesora Luce López Baralt decía en uno de sus cursos que
cuando uno ha estado sumergido en un libro y le resulta terrible cerrar la tapa
al terminar el mismo, es cuando nos encontramos frente a una verdadera obra de
arte. Una obra de arte resultó la novela Caparazones.
Igual me pasó, pues no quería que se acabara. Una vez terminé de leerla, no
paraba de recomendarla a otros lectores.
Un día una compañera de trabajo me habló de la
extensa obra de Arroyo Pizarro, hasta ese momento desconocida para mí. Otro día
de visita en la Librería Mágica en Río Piedras con mi amiga Cindy le comenté
sobre la obra. Por lo poco que sabía, trataba sobre una relación amorosa y
también presentaba el tema de los medios de comunicación que tanto me gustan en
la literatura. Ella compró la novela, quedó arrebatada y me la pasó con la
siguiente condición: “Valentín, tienes que leer esta novela ya”. Obedezco feliz
y caigo en el arrebato que nos conduce la autora con tan flamante libro. A
partir de ahí, lo demás es historia, sigo la obra de Yola, así como de otros
autores y autoras de mi predilección.
Es que la trama está para devorarla. Alexia y Nessa
son dos mujeres que mantienen una relación lésbica. ¿Cóoomo? ¿Una relación
entre dos mujeres? Sí, entre dos mujeres y esa relación la tienen ellas tan
clara, que nos hechiza durante la trama cuando Nessa menciona que el personaje
de Alexia es: “Libre y silvestre(…) No sé
qué me hizo. No sé qué exigencia sobre mí clamó al universo. Ahora vivo
embrujada por su existencia. Es un vicio” (74).
Inicia la novela con una escena sexual entre las
dos amantes. A medida que prosigue la historia nos vamos enterando cómo se
conocen las protagonistas, los trabajos que hacen cada una, el amor en común
que le tienen a la conservación del medio ambiente, sus pasadas relaciones. Y
aquí viene lo mejor, no apto para lectores conservadores: ambas desean ser
madres.
El personaje de Nessa que es periodista
independiente de temas ambientales se moviliza de país en país, según las
necesidades de las publicaciones para las cuales trabaja. Se conmueve de dolor
por la ausencia de Alexia cuando no la tiene a su lado. Esas líneas son
contundentes en la novela:
Somos dos mujeres que, próximas al regodeo de la
antigüedad, quieren todavía sentir cosquillas en el estómago; dos mujeres que
aún en su edad madura quieren permanecer enamoradas, quieren seducir, quieren
coquetear y sentirse vivas, allí, justo en el centro donde nos palpita y se
bombean las lubricaciones más primitivas. Somos, por sobre todas las cosas, la
una de la otra. ¿Será posible que Alexia me haya abandonado? ¿Que no vuelva?
(112).
Alexia, es la fotógrafa y defensora de los derechos
civiles y del medio ambiente. Está casada con David, y ya tiene una hija con él.
Un amor como los colores del arcoíris, porque todos somos una mezcla de razas. Pareciera
que en la trama el personaje de la fotógrafa es la más distante en la relación
de las dos mujeres. Desaparece por días, pero al poco tiempo regresa a los
brazos de Nessa.
Esa relación es el reflejo de miles de relaciones
que vemos a diario. En algunos casos, muchas relaciones del mismo sexo fracasan
o se estancan, ya sea por una de las partes que sigue los parámetros de un
sector dominante, o tal vez por el miedo tan presente en defender una relación
que se aleja de los paradigmas sociales. La obra de Arroyo Pizarro sirve como
denuncia social ante los problemas que atraviesa la comunidad homosexual.
Voy al supermercado y compro una bolsa de
tamarindos. Rápido recuerdo ese poema
tan hermoso de Yolanda y sigo leyendo. De repente recuerdo una escena de la
película Tango de Carlos Saura. Dos mujeres bailando un tango en los
camerinos de un teatro, esa escena para mí ha sido inolvidable, similar a leer Caparazones. Una escena emblemática.
¿Yola, dónde estabas que no habías llegado antes?
En verdad te necesitábamos y también necesitábamos tu novela desde hace mucho.
Tus obras, porque son muchas. Es que la lista es larga. Ese entusiasmo,
entrega, compromiso, brillo, frescura… me quedo corto. Sin menospreciar toda la
literatura que se produce, se ha producido y dichosamente se sigue produciendo
en este país, quedé arrebatado y sin palabras con la obra de Yola.
Nuestra literatura no tiene nada que envidiarle a
la literatura universal. Ya Puerto Rico y Latinoamérica tienen los pantalones
bastante largos y son bastante adultos.
Decir Hispanoamérica es decir literatura universal. La lista es larga y nos falta mucho por leer.
Tampoco hay que nacer lesbiana o gay para
comprender la temática, sólo un poco de sentido común y solidaridad con los
demás. Simplemente entender que todos tenemos que vivir dentro de nuestros
caparazones para protegernos de los males que nos rodean.
Esta es una novela muy lograda, espero que surjan
más de la pluma de la autora. Mientras tanto, continúo saboreando los
tamarindos que compré, a la espera de la próxima entrega de Yolanda Arroyo
Pizarro. Enhorabuena.
Datos sobre la
escritora puertorriqueña Yolanda Arroyo Pizarro
(Guaynabo, Puerto Rico - 1970). Es autora de la
novela Los documentados (finalista
del premio Pen Club 2006), los libros de cuentos: Historias para morderte los labios, Ojos de luna, Las negras,
Epidemiología, Lunación. Ha escrito
los poemarios: Saeta, Medialengua y Perseidas. Además dirige la antología Cachaperismos, publicada una primera parte en 2010 y un segundo
volumen en 2012. Tiene un blog titulado Boreales, que se puede acceder en: http://narrativadeyolanda.blogspot.com/
La novelista ofrece talleres de escritura creativa
tanto en Puerto Rico, como a nivel internacional. En el 2011 fue presidenta del
jurado del Premio Sor Juana Inés de la Cruz, otorgado en la Feria Internacional
del Libro de Guadalajara, México. Pertenece al grupo Bogotá 39, constituido por
autores y autoras de Latinoamérica entre ellos: Wendy Guerra, Juan Gabriel
Vásquez (Premio Alfaguara 2011), Alejandro Zambra, Claudia Amengual (Premio Sor
Juana 2009), Andrés Neuman y Junot Díaz (Premio Pulitzer 2008).
Javier Valentín
Feliciano (Añasco, 1975) Se ha desempeñado como periodista
en los principales medios de comunicación de Puerto Rico. Fue profesor en la
American University y John Dewey College. Trabajó en la Universidad Politécnica
y la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras. Ha presentado
ponencias en Colombia y Brasil y realizado investigaciones en Nueva York.
Obtuvo un bachillerato en Estudios Hispánicos (1998) y una segunda
concentración en Periodismo en la UPR Río Piedras. Hizo una maestría en
Periodismo en la Escuela de Comunicación Pública (2005) y actualmente realiza
estudios doctorales en Literatura Hispanoamericana en el Departamento de
Estudios Hispánicos. Tiene su blog titulado Lecturas urbanas:
lecturasurbanaspr.blogspot.com El autor
agradece al Decanato de Estudios Graduados e Investigación (DEGI) y el Decanato
de Estudiantes, los cuales ofrecieron colaboración para realizar el viaje de
investigación a Colombia.
Reseña publicada en:
Semanario Claridad, Puerto Rico:
http://www.claridadpuertorico.com/content.html?news=DC3C739EF3A46A9EDB53E127E3D48134
Revista literaria de Dinamarca Aurora Boreal
http://www.auroraboreal.net/index.php?option=com_content&view=article&id=1250:caparazones-una-novela-que-sabe-a-tamarindo&catid=86:libros&Itemid=266
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