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viernes, enero 31, 2014
miércoles, enero 29, 2014
Belia y su espiral
Sumergiéndome
en la espiral sin fondo de Confesionario de Belia Segarra
La poesía es la expresión del poeta sobre su propia
existencia y la vida en general de acuerdo a su percepción, como también del
mundo y la existencia de los seres y objetos a su alrededor como lo explica
María Teresa Bertelloni. Es el juego con
el lenguaje para revelar o, más bien, decodificar algo de lo que no se habla;
ese algo es lo que buscan el poeta y el lector formando y deformando ideas e
interrogantes invisibles como en contradicción.
Todos vemos el mundo en formas diferentes porque somos personas
individuales: es por eso que no está mal que ciertos poetas se queden en la
primera parte de lo que es poetizar, es decir, en el yo; así todos pasamos en
el tiempo y con él cambiamos compartiendo y recibiendo con palabras.
La palabra nace en el poeta, pero no llega al lector
en la misma forma. Ocurre un proceso en
el que el poeta trabaja para lograr trascender sus conocimientos y llevar un
mensaje sugerido, tal como lo indica Bertelloni, con infinitas posibilidades de
interpretación que al final logrará una conexión entre poetas y lectores. No sólo el poeta se ha de separar de su campo
personal sino que el lector debe hacer lo mismo para llegar a “la búsqueda de la respuesta radical” (Bertelloni 13).
Belia Segarra se describe a sí misma como “figura en
este momento vestida casi siempre de luto”.
Toda persona tiene una figura, Belia se ha vuelto su figura; ahora es la figura. El luto es su compañero, lo lleva encima como
una nube de tormenta que la cubre la mayoría del tiempo. Ha escrito pedazos de su alma mezclados por
la vida con las deformidades de la humanidad y los engaños de un mundo que
arranca y quema las flores del jardín de la inocencia. Crea un juego de contrastes con humo entre
gritos de un susurro y lo que se ve no es;
es lo que se siente.
Maribel Sánchez-Pagán señala en el Antiepílogo del
texto: “¡Porque el que esté libre de
sentirse identificado que arroje su primera maldición!” (63). Aun
si no se entendiere cada palabra, ni se lograre una conexión absoluta con la
poeta la poesía de Belia se convierte en un espejo de cuatro dimensiones. No sólo se ve el reflejo del rostro, también
el del alma y espíritu y salen las imperfecciones. Surgen nuevas concepciones con las que se
limpia y se prende la mente como un despertar abrupto de alguien que estaba
“despierto”. Rompe lo estético y abre
camino a lo no convencional. Sus poemas
no son la llave de un mal sueño: son realidades plasmadas en una plétora de
metáforas intrínsecas portadoras de un surrealismo que trasciende lo
irreal. El lector siente una cercanía
con la escritora como si estuvieran en el mismo lugar porque siente que ella lo
ha visto y no solo lo mira como el resto del mundo. Belia Segarra se destapa como ser humano, sin
ser como algunos otros escritores que hablan al lector como si estuvieran fuera
del mundo en un lugar superior instruyendo al lector con toda su sabiduría de
la vida.
En el poema “Potaje” la voz lírica describe los
daños de la violencia doméstica. La
poeta crea una conexión en sus versos con el término padre al cual le otorga doble (si no más) significado: lo utiliza
para describir el purgante que a su
vez describe la tristeza indicando
que es de gran magnitud, /cada nueva tristeza es un purgante de padre/
(37). Luego lo personifica al
describirlo donde procede a introducir otra figura con una perífrasis, /siempre
dirá que es culpa de ella /de esa a la que yo llamo amada madre/ (37). Utiliza la prosopopeya para crear un efecto
en el que, en ocasiones, la controlan las lágrimas y el miedo, /… el llorar
provisional de árboles infectados por gusanos / /… todo mi asustado aire/
(37). Con palabras de origen religioso
compara el distraerse con la perdición del alma, formando una símil, /donde me
distraigo /y es como la perdición/ (37), y lo contrasta con una fuerte voluntad
en una hipérbole, /de la corpulenta sotana de un tío de acero/ (37).
En “Time Out” la voz lírica expone el tedio y la
hostilidad que siente una víctima de violencia doméstica hacia el agresor. Las arrugas de la /arrugada camisa/ (40) son
una representación de un estado mental que ha quedado maltrecho tras los
sucesos indeseables que ha tenido que presenciar. Presenta la /alfombra de ternura/ (40) como
una ironía; la alfombra es en verdad una red o una trampa en la que ya ha
caído. Su memoria es todo un mundo que
no logra entender en su totalidad pero no vale la pena intentarlo, eso sólo
desataría más caos en su interior. Es un
lugar del cual todavía tiene cierto control y que nadie puede visitar y distinguir
todo el renglón de colores nunca antes vistos aunque sean expertos.
otra ola de sombras
tropieza en las puertas
me recorre dormida
cuando todavía soy dueña
de este remoto lugar
por donde sólo pudo asomarse
el faro de Alejandría
o el mismo Dr. Freud en persona (40 – 41)
tropieza en las puertas
me recorre dormida
cuando todavía soy dueña
de este remoto lugar
por donde sólo pudo asomarse
el faro de Alejandría
o el mismo Dr. Freud en persona (40 – 41)
El no ansiar nada es no querer saber más de lo mismo
que ha conocido hasta el presente; es el cansancio de esperar algo mejor y
recibir algo peor, ahora nada suena como algo ideal: /es más díganle/ que ya no
ansío nada/ (41).
En el poema
“Objeciones” la voz lírica narra cómo se interrumpió el orden natural de una
vida por el desorden a su alrededor. Sus
agrios recuerdos son como una mezcla de sombras que en efecto están ahí pero no
se ven bien, /tampoco puedo recordar agravios en las pupilas/ (55). Desde temprana edad su vida ha sido pintada a
la fuerza con una realidad cruda llena de hostilidad, /desde mi pequeñez he
sido calle y boquiabierto coraje/ (55).
Indica en una paradoja que sus sueños y alguna que otra esperanza la han
mantenido pero que nunca pasaron de ser fantasía, /al saltar a mundos nuevos
anclada al vacío/ más allá de aquí y de allá me sostengo/ (55). Expresa anhelo por afecto que se ha
convertido en deseo erótico y a su vez, sentimiento de rechazo, /son casi las
doce/ no soy de nadie ¿por qué? si he sido de tod@s/ al hervidero erótico de la
noche/ (55). Cuando se atreve a
aferrarse a esperanzas, la realidad le da un golpe doloroso y se las quita,
/cada vez que me acerco a los rosales/ alguna espina hace moretones en mis
renuncias/ (55). Siguen llegando los
desbalances emocionales y no hay luz sino sólo la apariencia de luz, / […] que
fantasmal sol cargara tanta tristeza/ y ansiedad de estrellas en porfía?/ (56).
En resumen Belia
Segarra logra la yoidad y la universalidad que se encuentran
entrelazadas en cada poema. Lleva al
lector en un viaje de penas, sombras con rayos de luz, rabia, críticas,
ilustraciones inesperadas, encuentro de emociones y búsqueda de sentidos. Este viaje es uno que se repite y cada
experiencia se siente igual de intensa que la anterior; no pierde
envergadura. No vende un mundo
fantástico ni utópico pero hace dejar salir un suspiro que significa más de mil
cosas al terminar la lectura que nunca en realidad acaba.
Bibliografía
Bertelloni, María Teresa. Prólogo. Poesía en el tiempo --:
Antología: homenaje a la poesía latinoamericana dedicado a Josefina Rivera
de Álvarez Nazario y editada por Leticia Ruiz Rosado. Mayagüez, P.R.: Colectivo
Identidad, 2006.
Segarra, Belia. Confesionario. Puerto Rico:
Editorial Identidad, 2012.
Publicado originalmente en Revista Identidad de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Aguadilla
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jueves, enero 23, 2014
Afro-reparaciones: Memorias de la esclavitud y justicia reparativa para negros, afrocolombianos y raizales
Me leí este
libro extraordinario en el que mi gran amigo y hermano colombiano Carlos Rúa Angulo
participa como autor colaborador. Un libro que me hace reflexionar en que
nosotros, los negros y negras de Puerto Rico, estamos en pañales sobre el tema
de la afrodescendencia. Ni hablar de afro-resistencia y mucho menos de afro-reparaciones.
Este libro es extraordinario. Les incluyo aquí información y un enlace para que
lean las primeras páginas:
Afro-reparaciones:
Memorias de la esclavitud y justicia reparativa para negros, afrocolombianos y
raizales
Varios autores
En Colombia, los
negros afrocolombianos y raizales son sujetos de reparaciones no sólo dentro
del debate de la Ley de Justicia y Paz, debido a la embestida paramilitar y
guerrillera en sus territorios colectivos, sino también porque la trata negrera
trasatlántica, la que enmarcó la llegada masiva de esclavizados a la Nueva
Granada colonial, se ha considerado un crimen de lesa humanidad. La Conferencia
de Durban (Sudáfrica, 2001) hizo sujetos de reparación a todos los integrantes
de la diáspora africana en el mundo. Este doble entronque enciende y complejiza
el debate sobre Justicia Reparativa en el país.
¿Es posible la
reconstitución de una nación como la colombiana que estableció un novedoso
pacto de convivencia ética y política mediante la asunción constitucional de su
carácter pluriétnico y multicultural, sin que el Estado adopte un enfoque de
Justicia Reparativa en las políticas públicas sociales relacionadas con los
sujetos que conforman buena parte del espectro multicultural, ni piense en el
estatus simbólico, en el lugar que en el espacio público debe otorgársele al
reconocimiento histórico de las memorias trágicas de los grupos
subalternizados?
Primeras
páginas: http://www.bdigital.unal.edu.co/1237/2/01PREL01.pdf
Más información
en http://www.editorial.unal.edu.co/?q=node/168
Bajar el libro completo (dividido en capítulos):
martes, enero 21, 2014
Cuando mamá o papá son gays: artículo en el periódico Metro
Foto: Curso periodismo UPR del profesor Mario Roche
Cuando mamá o papá son gays
Por: Alejandro Pérez Negrón, Myrtha M. Olivares Bonilla, Dianne Matos López y Karina Pacheco del Río
Fue criada con papá y mamá. Cuando Aurora tenía 10 años, pasó a vivir en un ambiente de madre soltera. Luego, mamá comenzó una nueva relación y decidió que no iba a esconderla. Se sentó con ella y le explicó: “Mamita, de ahora en adelante mami va a tener una novia”. Ella le preguntó qué significaba eso. Le permitió a la niña que hiciera todas las preguntas que tuviera. No hubo “traumas” ni “curitas que dolieran”, narra la escritora Yolanda Arroyo Pizarro.
Al igual que Aurora, la hija del también escritor Luis Negrón supo desde temprana edad que su padre era gay. Ella “creía que ser homosexual era un hombre que quería ser mujer. Que esto era algo negativo o algo de burla. Me explicó que los homosexuales son personas que aman a personas del mismo sexo, que se enamoran. Entonces yo lo veía como algo natural”, cuenta Adriana Negrón, quien actualmente tiene 22 años.
Ella y su padre llevan una relación sólida, con la libertad de contarse sus problemas. A él lo que más le brinda alegría es la relación con su hija. “Me encanta su mente. Me siento bien orgulloso de ella. Es una mujer muy completa y decidida, que se da a respetar, escribe muy bien... ¿Qué no hace?”, dice Negrón.
“El hijo mío conoce de mi homosexualidad hace muchos años, porque una vez yo salí del clóset me senté y comencé a ser muy activista en el movimiento de la comunidad gay”, comenta, por su parte, Sirio Álvarez Cruz, quien le explicó a su hijo sobre su orientación sexual antes de que sus “compañeritos” de clase le hicieran algún comentario. Solo le ha presentado sus parejas, no a muchos de sus amigos. Tampoco es un tema de discusión porque es un asunto que ya se da por sentado. Habla con su hijo sobre sexualidad, pero no sobre su orientación sexual, y nunca ha sentido rechazo alguno por parte de él.
Los entrevistados pudieron majeran en armonía la orientación sexual de sus padres en una sociedad en la que la comunidad LGBTT aún lucha por conseguir la igualdad en el trato por parte del Estado y por romper los estereotipos en el imaginario de las personas. El año pasado, el Tribunal Supremo no dio paso a la adopción de una menor por parte de la pareja de su madre biológica, quien desde el nacimiento de la niña ha estado presente como su otra mamá. En ese caso, la pareja decidió que una de ellas se sometería a un tratamiento de inseminación artifical para tener a la niña.
“Los niños y los adolescentes son sabios. Ellos lo que necesitan es amor, protección, seguridad, confianza en sus ‘papás’. Y eso de si son o no homosexuales ni les va ni les viene”, explicó Mayra Olavarría Cruz, psicóloga clínica del Departamento de Psiquiatría del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico.
Una crianza saludable
“Para criar a un buen ser humano y tratar de que esa niña esté segura en términos afectivos, primero tú tienes que estarlo”, asevera Arroyo Pizarro.
La trabajadora social Mabel López Ortiz, también catedrática del Departamento de Trabajo Social del Programa Subgraduado del recinto riopedrense de la Universidad de Puerto Rico, expuso, por su parte, que “el reto más grande que tiene un papá y una mamá obviamente es la incongruencia de ser diversos, reconocernos diversos, pero el contexto que nos rodea nos excluye o no reconoce esa diversidad ni la respeta. Yo creo que ese es el reto mayor”.
Entre Maryland Cuevas y su hijo de ocho años el tema de la sexualidad se habla de manera simple y de modo que él entienda. Siempre le ha hablado de las diferencias entre las orientaciones sexuales y los géneros pues es bien curioso. “Mi hijo me ha preguntado por qué soy lesbiana, y yo siempre le he hablado con honestidad sobre ese asunto. A su corta edad ha aprendido a entender que somos diferentes pero iguales en muchas cosas como seres humanos”.
Fue criada con papá y mamá. Cuando Aurora tenía 10 años, pasó a vivir en un ambiente de madre soltera. Luego, mamá comenzó una nueva relación y decidió que no iba a esconderla. Se sentó con ella y le explicó: “Mamita, de ahora en adelante mami va a tener una novia”. Ella le preguntó qué significaba eso. Le permitió a la niña que hiciera todas las preguntas que tuviera. No hubo “traumas” ni “curitas que dolieran”, narra la escritora Yolanda Arroyo Pizarro.
Al igual que Aurora, la hija del también escritor Luis Negrón supo desde temprana edad que su padre era gay. Ella “creía que ser homosexual era un hombre que quería ser mujer. Que esto era algo negativo o algo de burla. Me explicó que los homosexuales son personas que aman a personas del mismo sexo, que se enamoran. Entonces yo lo veía como algo natural”, cuenta Adriana Negrón, quien actualmente tiene 22 años.
Ella y su padre llevan una relación sólida, con la libertad de contarse sus problemas. A él lo que más le brinda alegría es la relación con su hija. “Me encanta su mente. Me siento bien orgulloso de ella. Es una mujer muy completa y decidida, que se da a respetar, escribe muy bien... ¿Qué no hace?”, dice Negrón.
“El hijo mío conoce de mi homosexualidad hace muchos años, porque una vez yo salí del clóset me senté y comencé a ser muy activista en el movimiento de la comunidad gay”, comenta, por su parte, Sirio Álvarez Cruz, quien le explicó a su hijo sobre su orientación sexual antes de que sus “compañeritos” de clase le hicieran algún comentario. Solo le ha presentado sus parejas, no a muchos de sus amigos. Tampoco es un tema de discusión porque es un asunto que ya se da por sentado. Habla con su hijo sobre sexualidad, pero no sobre su orientación sexual, y nunca ha sentido rechazo alguno por parte de él.
Los entrevistados pudieron majeran en armonía la orientación sexual de sus padres en una sociedad en la que la comunidad LGBTT aún lucha por conseguir la igualdad en el trato por parte del Estado y por romper los estereotipos en el imaginario de las personas. El año pasado, el Tribunal Supremo no dio paso a la adopción de una menor por parte de la pareja de su madre biológica, quien desde el nacimiento de la niña ha estado presente como su otra mamá. En ese caso, la pareja decidió que una de ellas se sometería a un tratamiento de inseminación artifical para tener a la niña.
“Los niños y los adolescentes son sabios. Ellos lo que necesitan es amor, protección, seguridad, confianza en sus ‘papás’. Y eso de si son o no homosexuales ni les va ni les viene”, explicó Mayra Olavarría Cruz, psicóloga clínica del Departamento de Psiquiatría del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico.
Una crianza saludable
“Para criar a un buen ser humano y tratar de que esa niña esté segura en términos afectivos, primero tú tienes que estarlo”, asevera Arroyo Pizarro.
La trabajadora social Mabel López Ortiz, también catedrática del Departamento de Trabajo Social del Programa Subgraduado del recinto riopedrense de la Universidad de Puerto Rico, expuso, por su parte, que “el reto más grande que tiene un papá y una mamá obviamente es la incongruencia de ser diversos, reconocernos diversos, pero el contexto que nos rodea nos excluye o no reconoce esa diversidad ni la respeta. Yo creo que ese es el reto mayor”.
Entre Maryland Cuevas y su hijo de ocho años el tema de la sexualidad se habla de manera simple y de modo que él entienda. Siempre le ha hablado de las diferencias entre las orientaciones sexuales y los géneros pues es bien curioso. “Mi hijo me ha preguntado por qué soy lesbiana, y yo siempre le he hablado con honestidad sobre ese asunto. A su corta edad ha aprendido a entender que somos diferentes pero iguales en muchas cosas como seres humanos”.
Fuente: http://www.metro.pr/locales/cuando-mama-o-papa-son-gays/pGXnau!eUhACuU7CjT4Y/
lunes, enero 20, 2014
Julia, la de la revolución
Sigo intentando dar con la Julia revoltosa y desobediente, la Julia de la rebelión, aquella que se codeó con Don Pedro Albizu Campos, que escribió cartas a favor de la excarcelación de Antonio Corretjer, aquella que sostenía reuniones con grandes pensadores y libertarios como Juan Bosch. He descubierto cosas maravillosas, instancias que me llenan de orgullo y que me inspiran. A continuación un extracto:
Según lo señala el corresponsal del periódico "El Mundo" en la Crónica de los actos del 23 de septiembre de 1936, la señora Julia Burgos de Rodriguez (Julia de Burgos), secretaria del Frente Unido Femenino Pro Convención Constituyente, empezó saludando a las mujeres nacionalistas de Puerto Rico durantes el evento oficial de esta manera:
"Bendito el día en que sea una mujer la que caiga defendiendo la libertad de su patria. Ese día habrá una revolución en cada hogar portorriqueño y se reconocerá en pleno la grandeza de nuestra justa causa".
Terminó su acalorado e inspirador discurso con la fogosidad expresiva que le fuera característica a su verbo apasionado: "Aquí se funden hoy dos luces; dos aspiraciones supremas; dos gritos: el de Lares y el grito de Puerto Rico por el rescate de su libertad".
Con licencia para crear: Yolanda Arroyo Pizarro y la palabra nueva
Por
Nerys Santos Gómez
Los grandes
libros ingleses impresos en el siglo XVI y a comienzos del XVII tales como “Utopía”,
y las piezas teatrales de William Shakespeare ayudaron a formar la lengua
inglesa. La traducción de la Biblia por
Tyndale se convirtió en uno de esos
libros que nos obsequia palabras nuevas y conformadoras tales como: beautiful (bella),
peacemaker (pacificador), scapegoat (chivo expiatorio) y long-suffering
(resignación). El idioma como un organismo vivo está cada día creciendo,
alargándose, tomando nueva vida. Es Yolanda Arroyo Pizarro quien nos regala una
de esas nuevas palabras que pasa a formar parte de nuestro argot casi sin que
nos demos cuenta, de modo sutil, por lo bien que se ajusta, y lo atinada que
suena:
“Pero
igual he accedido a encontrarme con ella por dos razones. La primera es el desosirio que siento en su voz cuando
me llama a mi oficina a principios de semana.” —Página 14, novela “Violeta”.
Según su
traductor, David Caleb Acevedo, desosirio
es una palabra inventada por Arroyo Pizarro que surge de las conjugaciones
entre desolación y delirio, y no es la primera vez que la utiliza. Se puede encontrar en muchas de sus obras. Es
una palabra adecuada que se introduce sin problemas en la lengua y crea
esquemas mentales con su pronunciación.
Leer el nuevo
libro de Yolanda Arroyo Pizarro “Violeta”
es como sentarse a contemplar un atardecer especial de tonos Lilas, donde en el horizonte aparecen
castillos y formaciones de fatamorgana. Espejismos de amores que pudieron haber
sido y no fueron. De amores que son y siempre serán, de encubrimientos y
traiciones que generaron desgarres en Vita Santiago. Vita como sinónimo de
Vida, la vida tal como es; imperfecta, injusta, enredada pero hermosa, como ese
ocaso en plena libertad. Adentrarse en este libro y sus metáforas es disfrutar
de este atardecer y observar el paso de un cometa. Saber que se tiene la suerte
de observarlo porque está cerca del sol y por eso lleva su cabellera suelta.
Dejarse embriagar por esos gases que despide su núcleo.
Para crear el
color Violeta hace falta el frío rojo y al caliente azul. Conjugándose. El mal
con el bien. Los opuestos. Los amores todos atados a una misma cinta de color
morado. Iolante, el amor eterno; Violeta, la tía traicionera; Violeta, la
esposa. Violeta el color, violetas las flores (la lavanda, la orquídea, la
lila). Violeta la piel que define.
Iolant es un antiguo nombre que significa Yolanda. ¿Habrá una conexión
entre la protagonista/narradora (Iolante) de esta historia y su autora
(Yolanda)?
Índigo, violeta
y morado representan sabiduría, creatividad, independencia, dignidad,
serenidad, cambio, trasgresión. Iolante es una artista, es además transgresora,
se enfrenta al mundo. A través de su yoga muestra su serenidad, su búsqueda de
equilibrio. Yolanda Arroyo Pizarro es igualmente una artista de la palabra,
transgresora que se enfrenta al mundo con serenidad, dignidad y amor. Una
escritora que cambia paradigmas letra por letra, que denuncia, que revela.
Las mujeres de
esta historia están todas en el mismo costal. Yuísa es como la cacica taína de
Loíza: justa, respetuosa, luchadora de derechos civiles. Y ni hablar de
las “Violetas” en un gama de degrades,
desde la más oscura hasta la más clara; desde la más traidora, hasta la más
inmadura. Todas buscando a la fiel y eterna amante: Iolante. Todas unidas a
Vita, Vita que significa Vida. Todas enfrentando la vida, el reguero cósmico de
los pasos de cometas a que nos enfrentamos.
jueves, enero 16, 2014
Julia de Burgos, guerillera de 'Las Hijas de la libertad'
Incluyo la placa conmemorativa dedicada a las mujeres luchadoras involucradas en los eventos de 1950 en el Grito de Jayuya, Puerto Rico. Se encuentra localizada en el monumento de la Revuelta en Mayagüez. A estas valerosas mujeres se les conoció como 'Hijas de la libertad' dentro del movimiento nacionalista. El nombre de Julia de Burgos figura en la sexta fila de la tercera columna de esta placa.
¿Dónde están las historias de estas mujeres? ¿A qué libro voy para leer las ficciones y poemas legendarios creados en honor a todas y cada una de ellas? ¿Habrá escritoras y escritores que las recuerden? ¿O será esto otro ejemplo más de la historia secretamente escondida y desconocida por tantos, sobre todo, por las generaciones más jóvenes? En estos días en que recordamos a Julia, y en que creemos homenajearla por el centenario de su natalicio (17 de febrero de 1914) pregunto: ¿nos concentraremos en sus poemas de amor únicamente y amapucharemos el hecho de que era una rebelde, revoltosa y sediciosa guerrillera?
miércoles, enero 15, 2014
NYU students meeting about LGBTQ issues with writer Yolanda Arroyo Pizarro
NYU students met with writer Yolanda Arroyo Pizarro and activist Zulma Oliveras Vega to discuss issues related to LGBTQ within the cultural, literature and equal rights advancements. Also, a brief presentation of Violeta, Arroyo Pizarro's latest novel took place along with a discussion on creativity, activism, race and gender. In addition, with the group were also speaker for the afroboricua communities, Dra. Maria Reinat, cineast Carlos Marcial and ex Young Lord, Panama. The organization of the event were made by the Director of the program, Dra. Marta Moreno Vega and Dra. Marielba Torres at the Universidad Interamericana.
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Acerca de mí
- Yolanda Arroyo Pizarro
- Yolanda Arroyo Pizarro (Guaynabo, 1970). Es novelista, cuentista y ensayista puertorriqueña. Fue elegida una de las escritoras latinoamericanas más importantes menores de 39 años del Bogotá39 convocado por la UNESCO, el Hay Festival y la Secretaría de Cultura de Bogotá por motivo de celebrar a Bogotá como Capital Mundial del libro 2007. Acaba de recibir Residency Grant Award 2011 del National Hispanic Cultural Center en Nuevo México. Es autora de los libros de cuentos, ‘Avalancha’ (2011), ‘Historias para morderte los labios’ (Finalista PEN Club 2010), y ‘Ojos de Luna’ (Segundo Premio Nacional 2008, Instituto de Literatura Puertorriqueña; Libro del Año 2007 Periódico El Nuevo Día), además de los libros de poesía ‘Medialengua’ (2010) y Perseidas (2011). Ha publicado las novelas ‘Los documentados’ (Finalista Premio PEN Club 2006) y Caparazones (2010, publicada en Puerto Rico y España).