Sigo intentando dar con la Julia revoltosa y desobediente, la Julia de la rebelión, aquella que se codeó con Don Pedro Albizu Campos, que escribió cartas a favor de la excarcelación de Antonio Corretjer, aquella que sostenía reuniones con grandes pensadores y libertarios como Juan Bosch. He descubierto cosas maravillosas, instancias que me llenan de orgullo y que me inspiran. A continuación un extracto:
Según lo señala el corresponsal del periódico "El Mundo" en la Crónica de los actos del 23 de septiembre de 1936, la señora Julia Burgos de Rodriguez (Julia de Burgos), secretaria del Frente Unido Femenino Pro Convención Constituyente, empezó saludando a las mujeres nacionalistas de Puerto Rico durantes el evento oficial de esta manera:
"Bendito el día en que sea una mujer la que caiga defendiendo la libertad de su patria. Ese día habrá una revolución en cada hogar portorriqueño y se reconocerá en pleno la grandeza de nuestra justa causa".
Terminó su acalorado e inspirador discurso con la fogosidad expresiva que le fuera característica a su verbo apasionado: "Aquí se funden hoy dos luces; dos aspiraciones supremas; dos gritos: el de Lares y el grito de Puerto Rico por el rescate de su libertad".
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