Fragmento de la novela:
El primer beso lésbico de tu vida, te lo da tu
mejor amiga. Aquella que sabe que eres heterosexual, que te asegura que respeta
eso y que no cruzará líneas, aunque te aclara en cada oportunidad que te encuentra
extremadamente atractiva.
Tu mejor amiga es aquella que te abraza y te
permite llorar por el novio que te ha sido infiel. Es la que promete convencer
a su padre de que te pague el colegio privado, para que no tengas que regresar
a la escuela pública en el último año de high
school debido a que en tu casa no les da el dinero para tu educación privada
del año entrante. Es la que sabe de tu curiosidad hacia las chicas— ya se lo
has confesado antes— pero te dice, con cierta astucia emocional que ni te
avientes, que no vale la pena. Las mujeres son muy complicadas de por sí, y si
encima entra una en relación amorosa con otra, la complicación es exponencial. Demasiado lío, te aclara.
Tu mejor amiga es también la que te acerca un
ramo de lirios cala, de violetas africanas, de orquídeas de vainilla —que de seguro
no ha podido comprar ella— la tarde en que celebran tu cumpleaños número
diecisiete. La misma tarde en que se van a Viejo San Juan a celebrar, y la
noche las encuentra metidas en una discoteca en la que bailan juntas, seductoras,
para sorpresa de muchos presentes moralistas que se quejan con el manager porque entienden que ese tipo de
comportamiento pertenece a otros lugares con una demografía más open. Y las echan.
Caminan abrazadas, adoquines
abajo, por las calles de la ciudad amurallada.
Esa es tu mejor amiga. La que responde en la
afirmativa cuando suplicas, cerca de uno de los callejones, que te bese, que ya
no soportas más. Es la que te dice, aquí
no, puede pasarnos algo. Y te lleva hasta el auto prestado. Allí sella la
promesa que desde hace tiempo y en silencio, se vienen haciendo.
Es la que se dedica a adorar tu cuerpo
adolescente toda la noche, a abrir las cuencas con sus manos, esa nueva y
desconocida genitalia que ahora se convierte en tu vicio. Vita Santiago te dice
a toda hora, desafiando todo pronóstico, que eres la mujer más bella del mundo,
y que portas el color violeta más adorable del planeta. El negro más negro y
más aceitoso; el afro avoraginado más deseable, más mullido; el pubis más terso
y acolchonado.
Vita se esmera además en encontrar similitudes de
tu nombre en otros referentes y eso te endiosa. Para ella Eres la guardiana de
Hércules, el subplot de Iolante y
Calypso, un poema de Phillip Massinger. Hitopadesha, el folclor bengalí, un fragmento
del Decamerón de Boccaccio, la ópera de un acto de Tchaikovski. Eres el
personaje de La revuelta de Afrodita,
tres especies de insectos, un ancestro de Poseidón y la mutante del universo
X-men. Eres el prodigio lila, te dice al final de todos y cada uno de estos
hallazgos, la jugosidad violeta.
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