La obscena originalidad de la muerte en boricua, o PR es una sublime casa de espantos
Por Bruno Soreno, escritor boricua.
Igualito a una Slasher-Gore B Movie de los ochenta, el hombre-monstruo sale del baño de la casa a devastar. En la mano derecha, empuña un “dispositivo incendiario” (eufemístico y poco terrorífico nombre para un encendedor). En la izquierda, lleva un recipiente con “líquido acelerante” (eufemístico y poco terrorífico nombre para un galón lleno de kerosene, maravillas de la prensa boricua de querer disfrazar la atrocidad a fuerza de tecnicismos inútiles, entiéndase CSI, P.R). El monstruo-hombre se dispone a interrumpir groseramente la fiesta familiar que él mismo convocó. Era una fiesta de cumpleaños, apuesto que con bizcocho y todo. ¿Los invitados? Sus padres, su hermano con la ex de este último, sus sobrinos, la novia de uno de estos. ¿Modo de la descortesía? Rociar a la concurrencia, “carne de su carne” como se dice, con el “líquido acelerante” y activar el “dispositivo incendiario” a la salida de una manga conectada a un tanque de gas propano (¿arma de destrucción masiva? Echo de menos un eufemismo.) ¡Fum! En boricua: aquel cabrón le pegó fuego a to’el mundo allí. Hasta el perro, acaso. Hasta a su madre, literalmente. Imagino que el hombre-monstruo, en su gesto pirotécnico, logró prender las velitas del bizcocho. Sé que nadie pudo soplarlas, pero también sé que al monstruo-hombre se le cumplió un deseo.Aniquilar a gran parte de su parentela. También sé que el susodicho cumplirá años, muchísimos años o pocos, los que le queden de vida, tranquilo o en el terror, en una jaula. La mayoría de los presentes en esa cena macabra no cumplirán años nunca más. Pero las muertes no ocurrirán de golpe: igualito que una película de miedo cool de los dosmiles, la gente se va muriendo rigurosa y aritméticamente, uno por día todos los días, como por designio de una maldición (Final Destination anyone?) o como en una ópera orquestrada por un director satánico. Una película de horror y sus secuelas, una secuela diaria, una muerte (Flaming New Year 1, 2, 3, 4, 5….) . No hay que recalcar que las secuelas son una cualidad intrínseca del género. Wes Craven paliderecería.
Leer nota completa en http://amoricide.blogspot.com/2011/01/la-obscena-originalidad-de-la-muerte-en.html
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
Acerca de mí
- Yolanda Arroyo Pizarro
- Yolanda Arroyo Pizarro (Guaynabo, 1970). Es novelista, cuentista y ensayista puertorriqueña. Fue elegida una de las escritoras latinoamericanas más importantes menores de 39 años del Bogotá39 convocado por la UNESCO, el Hay Festival y la Secretaría de Cultura de Bogotá por motivo de celebrar a Bogotá como Capital Mundial del libro 2007. Acaba de recibir Residency Grant Award 2011 del National Hispanic Cultural Center en Nuevo México. Es autora de los libros de cuentos, ‘Avalancha’ (2011), ‘Historias para morderte los labios’ (Finalista PEN Club 2010), y ‘Ojos de Luna’ (Segundo Premio Nacional 2008, Instituto de Literatura Puertorriqueña; Libro del Año 2007 Periódico El Nuevo Día), además de los libros de poesía ‘Medialengua’ (2010) y Perseidas (2011). Ha publicado las novelas ‘Los documentados’ (Finalista Premio PEN Club 2006) y Caparazones (2010, publicada en Puerto Rico y España).
1 comentario:
Qué bueno está esto... digo, lamentable el suceso, pero tremendo el giro del lenguaje después del "¡Fum!". Me encantó.
Publicar un comentario