Ofrendas
Amárilis Pagán Jímenez
Amanece…
el día en llamas
se abre como un mar
que se somete a tu presencia
y te beso, me besas,
primera ofrenda al amor del día…
Te dispersas en los segundos
que se llevan las horas
y así te multiplicas,
eterna,
en mi día…
y te beso, me besas,
múltiples ofrendas al deseo
para no pasar solas el día.
Te haces música
en los latidos que fluctúan
a través de las emociones
que te habitan
y te haces dueña de tus palabras
mientras yo libero las mías…
y te beso, me besas,
saboreando los silencios del día…
Tu calor envuelve la tarde
en un manto de garzas blancas
que vuelan lánguidas a su árbol de la vida,
ansiosas por reposar
y desprenderse del día…
y te beso, me besas,
reposo mi frente en tu cuello
y abrazamos juntas lo que queda del día…
Tus susurros adormilados
florecen en mi almohada
y nos coronan de estrellas en la noche cerrada…
y te beso, me besas
y un abrazo que nos hace una
nos acompaña hasta el próximo día.
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