Especial para Carlos Esteban Cana
Por Yolanda Arroyo Pizarro
El primer
cuento que escribí de Avalancha fue el titulado “No pensarte”. Me lo hizo escribir la Dra. Mayra Santos
Febres en el primer taller que tomé con ella en 2004. En 2001, justo luego de la caída de las
Torres Gemelas, perdí al novio de mi infancia: Miguel Ángel. Justo como lo describo en ese cuento. Era su primera semana de trabajo en Los
Molinos, allá en Amelia, por el lado de las barcazas en el área de Sabana. Mientras hacía su recorrido en el décimo
piso, cayó por un hueco al vacío. Tenía
31 años. Toda su familia y sus allegados le lloramos mares. Escribir esa experiencia me ayudó con el
luto.
“Las
ballenas grises” fue escrito para un certamen argentino que gané, y que comenzó
a posicionarme como narradora en la Isla.
Trata sobre la amnesia senil que padece un hombre que abusó de su hija
cuando ésta era pequeña. Ella ha estado
asistiendo a terapia toda la vida para superar la experiencia, pero cuando se
da cuenta que por la edad, su padre ha olvidado algo que a ella la marcó tanto,
el dolor la cubre.
“Golpe de
gracia” fue concebido en el 1998, el año en que parí a mi hija Aurora, pero lo
pude escribir en el 2007 y fue el cuento que me lanzó al Bogotá 39. Trata de mi miedo a la posibilidad de perder
mi hija. Paranoia cruda, porque pensaba
que cualquiera iba a robarla. Hubo una
época en PR que se robaban recién nacidos de los hospitales. Era tan sencillo como entrar al hospital y salir
con un bebé. Entonces, ese drama de
tantas madres sufriendo ese secuestro hizo que escribiera la historia.
“Estallido
de besos rojos” vino a calmar mi obsesión por la dismenorrea (menstruación
dolorosa), la cual padezco desde chica y que ha sido protagonista de tantos
otros textos de mi autoría (otro de ellos con igual temática sobre la ingestión
de sangre menstruante se titula “Infusiones”).
“Borealis” fue escrito en homenaje a la novela “Nadie me verá llorar” de
Cristina Rivera Garza y ganó un premio como Finalista en España en el Certamen de
Revista Eñe. “Avalancha” es un texto
denuncia, para sacarme de encima una agresión de la que fui víctima y
agraciadamente fue incluido en la colección antológica de la UNAM en 2010 bajo
la tutela de la Dra. Rosa Beltrán. Esta antología ganó un premio muy
importante, el CADIEM 2010. “Montar las
olas” me retrotae a la década de los ochenta cuando el periódico El Vocero
publicaba aquellas portadas tan sangrientas y nos educaban en aquella cultura de
tanta violencia; también toca el tema de Vieques y ciertos aspectos de cultura
popular como lo son los videojuegos y el surfing.
Finalmente,
el último cuento de esta colección que escribí fue “Asian Jelly” para la
antología Cachaperismos 2010, un texto que describe sin mayores pretensiones el
romántico acto de entregar y recibir un “beso negro”.
-8 de febrero de 2012
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