Julia Cristina Ortiz Lugo nos presenta una joya de libro, construida gracias a los ensayos que realizara a partir de su búsqueda de orígenes de la narrativa oral afropuertorriqueña. Parte de la premisa de que los historiadores de la esclavitud negra en Puerto Rico siempre han conferido un espacio prominente para explicar las conspiraciones y revueltas de los negros y negras. Habla del estallido de la época de mayor rebeldía entre esclavos y esclavas, o esclavizados y esclavizadas (año 1840 aproximadamente).
Julia expone que dentro de estas sublevaciones un factor determinante fue la participación solidaria en los planes de la subversión. Las conspiraciones se basaban, según Ortiz Lugo, en el disimulo y la sincronización. Para ello, se valían de las festividades, los toques de tambor y los cuentos orales que destacaban personajes astutos y de inteligencia insospechada. Algunos de ellos fueron tortugas (hicoteas), conejos y arañas, siempre más engañosos y sabios que los amos. Ello representaban las tretas de las que se armaban los esclavos para hacerse pasar por muertos y luego "resucitar", seducir a los dueños fueran hombres o mujeres (por los propios esclavos hombres y mujeres) y sacar ventaja, el acceso al convencimiento sobre la magia, los supuestos embrujos, las simuladas profetizaciones y apariciones, y demás alegorías religiosas o espirituales que los colocaban como dominadores de los opresores toda vez que los hacían creer tales ventajosas ideas.
Desde el folclor, Julia Cristina explica que la fábula y los cantos jugaron un papel importantísimo en la consecución de "reveladoras y rebeladoras" tácticas. En los ensayos se mencionan iluminadores hallazgos por parte de Ricardo Alegría, Rafael Ramirez de Arellano, Lydia Cabrera, ideas de Frantz Fanon, Guillermo Baralt, Marie Ramos Rosado y Pura Belpré. La Casa Paoli en Ponce junto a la Fundación Puertorriqueña de las Humanidades han tenido por bien editar y publicar este importantísimo libro. El mismo cierra con una extraordinaria reflexión sobre lo que debería ser el futuro de la tradición de cuento oral en el salón de clases, para darle continuidad a la creación de valerosos seres humanos que decidan luchar por sus derechos de igualdad y libertad.
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