En la FIL Guadalajara muchas y muchos me hablaron de ella: María Castrejón. Una voz contundente que le dice al pan, pan y al vino, vino. Una voz que como insecta-come-cuerpos, traspasa los gustos del devorador literato más exigente.
mantis religiosa
mi padre aún no ha asesinado a mi madre
utilizamos cuchillos cada vez más gastados
no podemos cortar ni los filetes ni la piel
p. 92
Su nuevo poemario, Volveré mucho más tarde de las doce, retrotae esa oración dicha tantas veces cuando se establece la independencia de temporalidad. Un joven se lo dice a su madre, una mujer a su marido, un marido a su esposa, una madre a los hijos. Es un grito famélico de autonomía. Decisión versada en esta ocasión que nos juega a la urgencia, a la violencia sin símiles, al cuerpo, a la voz. Ya lo dijo Concha García sobre Castrejón: «Una voz que irrumpe en una tambaleante identidad que quiere ser y estar, pero que debe asumir lo que le toca. La ficción, en estos textos, es discursiva y entra como un trago de ron sin hielo para diluirlo.»
María Castrejón, es en efecto, como ya han dicho otros «una píldora de feminismo (que no de litio) para mitigar tanta desolación.» Licenciada en Filología Hispánica por la Universidad Complutense de Madrid, e investigadora en Literatura Femenina de los años 70, trabaja en la actualidad en su tesis doctoral sobre el transgénero literario dentro del programa Construcción y representación de identidades culturales del Departamento de Filología Románica de la Universidad de Barcelona. En 2008 publicó su primer libro Que me estoy muriendo de agua, guía de narrativa lésbica española (Egales).
La conocí por sus letras en 2010 cuando viajé a Barcelona. Me traje debajo del brazo la estupenda antología Las chicas con las chicas, Relatos eróticos, Egales, 2009 en cuyo interior me esperaba el relato Alicia, de su autoría.
La lectura de su Volveré mucho más tarde de las doce me acompañó todo el trayecto Guadalajara-Texas-Puerto Rico. Me llamó la atención de ella la manera tan novedosa y completa en que trabaja la incorporación de la sexualidad femenina en la literatura lésbica española, la crónica que hace de las nuevas identidades lésbicas y sus tan respetadas opiniones sobre literatura y cómic lésbico. Es admirable descubrir como su entorno gira y se nutre del género, sobre todo su poesía.
Igual que yo, es una descarada en letras y hasta posee un blog en www.mariacastrejon.blogspot.com .
Durante esta semana hemos estado trabajando en conjunto (vía correo electrónico) mi nuevo libro de relatos que saldrá con Egales en junio de 2012. He tenido el honor de que ella lo está editando. Me pongo muy nerviosa cuando recibo sus mensajes. Bajo la cabeza, con humildad, como si pudiera verme por el monitor, porque para mí esto es, sin duda, un sueño hecho realidad. Ella es un cerebro admirable, una mujer talentosa y brillante a la que atesoro y respeto.
Aquí les incluyo parte de los versos que me disfruté de su poemario:
perséfone
estás sola
debes entenderlo
estira un mantel en el que caben cuatro
y pinta un cubierto
p. 51
desnudos
los utensilios de cocina
abren la boca
p. 69
mastico tierra
deshago escaras
persigo plástico relleno
escupo barro
busco banderas-y-amuletos
junto las manos hasta hacerme sangre
anti cuerpos
p. 44
No quiero cuerpo
estigmas de tacones
ni polla ni coño
ni los ojos de mi padre
rodillas con chinchetas
clavadas en la tierra
p. 43
solo espero el momento de meterme en la cama
con un buen libro de poemas de amor
y cuando el sueño me pueda
lameré el hilo de mi almohada como si fueran
tus labios o unos labios que nunca beso
p. 78
no me sale del coño
escribir
me sale de los cobardes
que se comen a los muertos
y a los enfermos
que los arropan mientras hablan por teléfono
de las bragas talla-s
p. 25
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