Con esta publicación, intentamos nuevamente poner el tema de la piel sobre la mesa. Y para ello hemos querido narrar lo negro, narrar lo afrocaribe, lo afroboricua; contar historias cuyas protagonistas sean hijas de Yemayá, o cuyos personajes principales sean apodados “negrito”. Gente con abuelas “de color”, gente que toque congas, que practiquen la adoración a uno o varios dioses, que hayan sido esclavos, que se hayan liberado y que hayan permitido la esperanza a su progenie. Mulatos, mestizos, jabaos, trigueños, café con leche, morenos, negros en fin, con y sin eufemismos. Quisimos mostrar un universo en donde las historias miraran a África con honra y también con dolor. Hablar de los manumisos, de los negros libertos, del amo y el capataz, pero también del obrero, de la maestra, del tecato, del pescador, del médico. Negras y negros que ya no son víctimas, que actúan para no serlo. Esta es la literatura que carga con el peso de la construcción de vidas, de sociedades; un microcosmos que es a su vez muestra de nuestro híbrido terruño. Una equivalencia de lo que encontramos en nuestras Antillas, en nuestra América, en nuestro planeta.
Aquí hay historias contadas desde la época de la conquista; también eventos narrados desde el hoy hiperreal y tecnológico o la posmodernidad ineludible. Los lugares son propiamente pletóricos en su representación: la escuela, el templo, la cama de amantes, el viaje en nao, los cuerpos en una playa, los juegos de vecindario, los cánticos de aldea, alguna plaza de la península ibérica, el Caribe en su esplendor y deterioro. No hay maniqueísmos, es decir, el ser humano en su holística plural no es bueno o malo debido al color de su piel o su etnia. La humanidad es otra cosa, pero siempre ha existido el dominador y el dominado. Y ello lo hemos querido dejar claro en este texto de realidad puertorriqueña. Y desde esa puertorriqueñidad se dialoga hacia “el otro”. Desde dentro hacia el afuera. Desde Loíza hasta Senegal. Una voz entre voces, marcadora de lo que se es cuando se quiere resaltar lo negrista, o lo africanista, o lo afrodescendiente.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario