martes, octubre 30, 2007

En las letras, desde Puerto Rico
por Carlos Esteban Cana

En las letras, desde Puerto Rico (3ra entrega)
Seis libros del 2007

por Carlos Esteban Cana






Descendientes del sonido
Eugenio García Cuevas
Isla Negra Editores


Eugenio García Cuevas nos sorprende con su nueva entrega titulada Descendientes del sonido. Consciente de su oficio, Cuevas alcanza maestría en la capacidad expresiva del lenguaje; imágenes de antaño sazonadas con una sonoridad adecuada en la palabra. El poeta revalida lo que dejó claro sin estridencias en Estaciones encontradas. En lo que nombra como segmentos, el autor destila un emotivo daguerrotipo, fotogramas en color sepia, a la memoria de una mujer, un lugar, una época. 45 piezas de un escritor que se construye y reconstruye a sí mismo mediante la noción cabal de su poética,

De Eugenio García Cuevas

39

El pedal se impulsa en los pies del sastre
y el chillar de la máquina se opaca en los
retazos de la tela herida que contenta cae.
Su faena cumple la aguja de trabar hilos
un secreto al oído son sus perforaciones.
Se inicia el rito del café en el cántaro gris,
tiene el maestro el turno del primer sorbo,
en el orden último serán dos aprendices y
muy contentos las últimas gotas absorben;
es la inspiración de aquella última cena.
Se reinicia el bolero en una voz en vivo y
la tijera repiquetea en el acompañamiento.


Actas de viandante (antología)
Manuel de la Puebla
Ediciones Mairena

Si esperábamos uno antología era ésta. Manuel de la Puebla, gigante de las letras iberoamericanas. Difusor de la poesía intercontinental durante 25 años en las páginas de las legendarias revistas Mairena y Julia, y en su programa radial Revista oral de poesía, obsequia al lector sus Actas de viandante, útil brújula para navegar en su océano creativo. Integrado por una selección de sus poemarios publicados (Unos apuntes líricos, 1972; Romances para decir en las calles de Río Piedras, 1978; No es desamor tu viaje, 1986; Anillos del amor y la muerte, 1991; Sencillamente el mar, 1995; Reparos del espejo, 1995; La lucha con el ángel, 1998; Palabra virgen, 2004; Por la ruta de los pájaros, 2005) inéditos (Elogio de la mujer negra; Cartas para entregar a la mano; El amor es una cuenta de sal; El amor es una cuenta de milagros) y piezas sueltas que agrupa bajo los títulos de Anales y Homenajes, de la Puebla ejemplifica al poeta de la cotidianidad, que metaforiza el calor del hogar, la experiencia sin par de presenciar el crecimiento de las hijas, la delicia del espacio compartido en la cocina o el sabroso sabor del pan. Don Manuel es el poeta también de sendas elegías, no por casualidad su poesía se leyó durante el evento poético que conmemoraba el centenario de la institución en la que enseñó, la Universidad de Puerto Rico.

Con interesantes comentarios de Evelyn Cruz, Jaime Marcano, Pedro Sevylla de Juana y Marcos Reyes Dávila acerca de la obra del autor, y una excelente introducción de Javier Ciordia Actas de viandante es uno de esos libros que encuentran lugar destacado en una biblioteca.

De Manuel de la Puebla

Súplica

No de lágrimas o despojo
del nido destrozado sea mi verso.
No de nieve.
Con la fibra del roble y el perfume
del pino sea hecha
la palabra incorruptible.
Pugne como la vida
que llamea en las puntas de la rama;
como la alondra bajo el azul
sostenga el vuelo.

Pido la desnudez del pez y el tono
del agua que musita entre la hierba;
la limpieza del espejo
matutino.


Literatura y narrativa puertorriqueña
Mario Cancel
Editorial Pasadizo

No es pretensioso decir que la presentación de Literatura y narrativa puertorriqueña en la Universidad Sagrado Corazón marcó el inicio del segundo semestre del 2007 de manera contundente. En el salón de conferencias se dieron cita editores, escritores, historiadores, profesores y estudiantes, todos con el buen ánimo de escuchar las reflexiones de un panel integrado por Francisco Font, Alberto Martínez Marquéz y el propio Mario Cancel, acerca del libro en cuestión.

A continuación reproducimos unos fragmentos de lo que comentó Mario Cancel sobre su libro.

“Quiero que lo vean como un proyecto alternativo de interpretación y no como un libro de crítica. Esto de llamarlo un proyecto alternativo de interpretación no se propone como un discurso autoritario, la intención es que no se le pretenda convertir en un método. El libro pretende ser también un ejercicio creativo; cuando salimos de la interpretación autoritaria y entramos en la interpretación creativa quiero que se lea como un libro de literatura, y que se lea como un texto ficcional más, lo cual es posible. Es un reto bien interesante pero se puede hacer. La interpretación debería ser siempre una invitación a la reflexión pero lamentablemente en el ambiente literario de Puerto Rico, la discusión sosegada, lo que algunos llaman crítica no es lo usual. Los libros salen al mercado. Los celebramos mucho. Los leemos un poco y los vamos poniendo en la esquina del anaquel hasta que, a la larga, los olvidamos. No nos damos cuenta de que siempre se puede regresar a un libro cuando uno es distinto. Literatura y narrativa pretende ser un diálogo, un monólogo, da igual. Y la estructura es bien simple. Un proyecto en tres partes bien sencillo”.

“La primera parte 1980 etcétera Es una aproximación interpretativa a la historia cultural desde 1975 a 2005; es una propuesta sobre la diversidad de formas, de las adaptaciones de lenguaje que ha habido entre los escritores de los últimos 25 o 30 años afirmando toda una serie de cosas, de elementos que yo interpreto como continuidades de una gran tradición. La tradición más rica de la narrativa puertorriqueña, la del 60 y la del 70, y nosotros, que ahí me vuelvo parte del asunto, me vuelvo parte del tema. Pero también tratando de apuntar toda una serie de discontinuidades, de pequeños diferendos, de re-interpretaciones de los procedimientos escriturales, claro que es sobre lo cual se han cimentando unos cuantos para tratar de diferirnos de los otros como una generación nueva. Simplemente es una pugna. Una propuesta entre lo que heredamos y aquellos con lo que rompemos”

“En la segunda parte (Pos) narrativa y escritura lo que se intenta presentar es una mirada nueva, la forma en que se articula la nueva mirada de los escritores recientes; tratar de afirmar verdaderamente lo novedoso, y se desarrolla como un monólogo, porque yo no estoy hablando para nadie. La intención no es comunicarme con un sector específico, sino hablar conmigo mismo después de una intensa temporada de lectura, y reconocer que la escritura reciente está bien centrada en el yo; lo que ha llevado a que, en cierto modo, se lea esta escritura reciente como una escritura descolectivizada que ha ido traicionando, por decirlo así, los principios más ricos de la tradición del 60 y del 70 que era totalmente distinta, una lectura que trataba de ser social, y que trataba de ser la traducción de un discurso pretendidamente colectivo”.

“Archivo de sordos (la tercera parte del libro) es una parodia de la discusión literaria en Puerto Rico que está en cuatro conferencias, digo parodia porque la discusión sobre la literatura más reciente se ejecuta entre gente que no escucha al otro. La primera tiene que ver con los múltiples narcisos que tenemos en nuestra literatura, que se miran al espejo y se consideran los mejores siempre. Y las otras tratan sobre el desmonte de unos mitos poderosos que sirvieron para modificar la escritura del 60 y del 70”.


Frutos subterráneos
Alberto Martínez Márquez
Isla Negra Editores

Con esta nueva entrega el creador de El Poeta Invitado y Letras Salvajes coloca en las manos de sus lectores una especie de secuela con respecto a su poemario anterior, Las formas del vértigo. Martínez Márquez exhibe maestría en poemas que, en apariencia, están construidos con cierta sencillez por el lenguaje casi minimalista que utiliza. Los fundamentos creativos ofrecen elementos lúdicos y nostálgicos que revelan, tras el velo de la primera lectura, una poesía de gran complejidad.

Conversamos con Alberto Martínez Márquez sobre su nuevo libro, que contiene poemas realizados en un periodo de cinco años (1990-1995) y esto fue lo que nos dijo:

“Frutos subterráneos es un libro bastante heterogéneo. Si bien es una colección de cuatro cuadernos, la peculiaridad es que fueron escritos en el periodo en que yo residí en los Estados Unidos, mientras estudiaba en la Universidad de Nueva York. Esos cuatro cuadernos evocan de alguna manera mi vivencia, pero no de una forma directa. Es tal vez, digamos, mi propia introspección como persona, como poeta. En algunos poemas hay incluso evocaciones de mi vida en Puerto Rico. Por ejemplo, hay un poema en el 2do de los cuadernos, dedicado a José Liboy, que es como un viaje que hago a Puerto Rico pero realmente estoy en Estados Unidos”.

“Dentro de esa colección, la parte que se titula Frutos subterráneos es quizás la parte más lograda del conjunto porque en esa sección estoy influido por un poeta boliviano llamado Jaime Sáez, un poeta que hace una evocación del todo. Es lo que traté de aprehender de él, las partes y el todo, todo se congrega y se une, los distintos fragmentos de lo que es la vida”.

“Los poemas de este libro no son recientes. Estoy tratando de ir publicando colecciones de libros que tengan dos, tres o cuatro cuadernos, como hice con Las formas del vértigo porque me resisto todavía a publicar en forma de libro la poesía más reciente. Yo quiero ir llevando los libros en una forma cronológica; que se vaya viendo ese proceso creativo a través del tiempo”.


del cuaderno Poemas conjeturales

7 (De la constante)

unos huesos colgados en la pared
un decir sin ton ni son vendido en remate
una zebra falaz naufragando en la risa
un delantal incólume atravesado por bostezos
una hemorragia de líquenes al caer la tarde
un fósil aplastado contra la boca del mundo
una historia amarilla recortando los relojes
un caracol de azúcar domando la oreja
una lira en el hedor del viaje a la locura
un abril octubre hurgándonos el rostro
una calle de papel oronda de cristos
un recuerdo obtuso muriendo en el sombrero
una voz
un dedo
una flauta
un cruzacalles
una sorpresa
un lugar
unas cosas más y otras cosas menos

un autobús sin sentido en dirección opuesta

de Breve condición

3

una de las varias formas de la nostalgia sería
ésta: la de escribir algo sin ningún motivo
aparente o llenar con torvas palabras este desierto
inútil que reclama mi espíritu

5

el mundo es una suma de carencias
resueltas a dominarme

6

ella se desnuda
me besa
me muerde
el pecho
la oreja
me acaricia
hace el amor conmigo
suda
suspira
y todavía
le llama deseo


8

la Historia no se repite
sólo da vueltas sobre su propio eje

11

cualquier cosa
que te diga
toma un rumbo
equivocado

si digo
por ejemplo
que te amo
la O
roza la punta
de tu nariz
mientras que
el resto
de la frase
sigue de largo
hasta
la otra calle

cualquier cosa
que te diga
toma un rumbo
equivocado


UNA NUBE

tengo que admitirlo:
su imaginación
es más poderosa
que la mía

5 minutos para ser infiel y otras divagaciones testiculares
Emilio del Carril
Editorial Pasadizo

5 minutos para ser infiel y otras divagaciones testiculares es una colección de cuentos con un claro derrotero orgánico entre sus piezas; los once cuentos forman un universo hilvanado, de modo que los diversos personajes cruzan historias, las fronteras temporales se abolen y vemos a través de un prisma el desarrollo existencial, en diferentes episodios, de los actantes. Una perfecta esfera narrativa. El hilo de plata da textura, un lenguaje pulcro con cadencia particular hace evidente el arduo camino para encontrar voz y estilo propio. Emilio del Carril, primer egresado del Programa Graduado de Escritura Creativa de la Universidad Sagrado Corazón, ha confeccionado un libro que trasciende etiquetas. Es lo humano, las encrucijadas cotidianas sintonizadas con ese recurso llamado verosimilitud.

Los cuentos Búscame un grillo que cante sonetos de amor, 1492 Un rayo de luz para la luna negra, y Narciso, vísteme a la santa destilan emoción, conmueven al lector de igual manera que lo hicieron cuentos ya clásicos como El desierto de Horacio Quiroga, La noche tiene una raíz de Luis Rafael Sánchez y Edi en la urna de Edgardo Sanabria Santaliz. El reto mayor que Del Carril enfrenta, en lo que se refiere a los recursos propios de la construcción del relato, se encuentra en la pieza En el lugar donde los encuentro en el que exige cierta complicidad del lector; aquí el cuento se convierte en un artefacto lúdico que deja huellas para diferenciar al focalizador con respecto a la voz que narra.

En 5 minutos para ser infiel están al relieve una masculinidad que va más allá del estereotipo. Hay personajes que enfrentan la orfandad, otros que barajan su destino ante el espacioso umbral que deja el abandono: una profunda soledad (La sangre persigue). La muerte sortea su turno en estas páginas (Causa y efecto del fetichismo de Nabucodonosor) y la ternura, así como la vida, reclaman espacio (Un buen día para morir). También son evidentes las situaciones que enfrentan diversos participantes –como los llamaría Barthes- ante disfunciones físicas y emocionales (Con olor a orquídeas medievales y La extraña humedad en el pecho de Ana Laura), y rituales añejos o inaugurantes que representan liberación a personajes lastimados ( El ritual de la cruz y la pieza homónima que da título a la colección 5 minutos para ser infiel).

Emilio del Carril ha realizado para Editorial Pazadizo y para Puerto Rico un importante y valioso libro de cuentos que ha despertado curiosidad, reflexión y debate.

Ojos de luna
Yolanda Arroyo Pizarro
Terranova Editores

Terranova Editores ha logrado un acierto editorial en tener en su catálogo a Yolanda Arroyo Pizarro. Mucho antes de que la poderosa voz narrativa de esta escritora fuera conocida a nivel mundial, gracias a su elección para participar en Bogotá 39 (acontecimiento que reunió a 39 escritores menores de 39 años representativos de toda Latinoamérica) Arroyo Pizarro ofrecía su Taller de narrativa en vitrales y espejos para la editorial que dirigen hace casi 5 años Elidio La Torre Lagares y Ana Ivelisse Feliciano.

Este volumen contiene sin duda un cuento antológico, Moridero de olas. Aquí, personajes desahuciados de su propio cuerpo deambulan litoral abierto por el archipiélago puertorriqueño. Moridero testimonia sin excesos la solidaridad hacia aquellos que enfrentan la última etapa de la vida minados por una enfermedad.

Arroyo se inserta en la tradición del cuento puertorriqueño como una voz atrevida que busca, en la mayor parte de sus narraciones, pasajes históricos y escenarios diversos, más allá del espacio boricua, para exponer sus preocupaciones y saciar su curiosidad como creadora. Así lo demostró en Origami de letras, su primer libro de cuentos, y así lo vuelve a demostrar en Ojos de luna. Alborotadores, en el que se traslada a tiempos bíblicos cuando Roma ocupaba a Israel, Especias del medioevo, en el que traza un perfil de las artimañas de los inquisidores, y Sin olas, cuento en el que dos vidas se cruzan en la Gran Bretaña de la Segunda Guerra, son muestras elocuentes de lo anterior.

La construcción de personajes en Pollitos de colores y Claro, que desarrollan rituales propios de sus trastornos, es otro de los aciertos del libro. Tampoco pasa inadvertido la identificación de la autora por la travesía femenina; los desmanes del orden patriarcal, la entereza de enfrentar tales barbaries, y la complicidad femenina, son materia prima para cuentos como Saeta y Los ojos de la luna, así como en Sin olas y Alborotadores.

Las situaciones narrativas que elabora Arroyo Pizarro en Ojos de luna exhiben excelencia a la hora de apropiarse del lenguaje. Los personajes se instalan con matices, la relación que la voz narrativa sostiene con el mundo da como resultado una eficiente enunciación. Este libro confirma lo visto: el lugar que hoy tiene esta escritora entre los escritores representativos del ámbito iberoamericano es más que merecido. El nombre de Yolanda Arroyo Pizarro es uno de varios nombres que dan prestigio a la literatura puertorriqueña en este siglo XXI.

Cosas que aún duelen, por más que uno cumpla años


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lunes, octubre 29, 2007

Los habitantes de la luna





Los habitantes de la luna, hoy me despertaron con garata
bizcocho en forma del astro,
versos inventados en mi honor,
cantatas,
jamás olvidaré este día
gracias por aclamarlo
hace doce años no lo celebro, y hoy los lunáticos lo hicieron posible
Gracias a mi luna roja


---------------------------------
(Dedicación)

En las tardes grises
tus ojos de luna
pintan sinfonías de mar
para un mundo de sordos…

Cuentan que el Astro andaba de parto un día 29 de Octubre. Lo gritaba la bóveda del cielo, las estrellas del 28 presenciaron sus pujos. Los meteoros disiparon sus dolores.

Un rayo se desprendió sobre la tierra y una niña morena pintaba en sus ojos de luna la escarcha de una nueva esperanza.

Con su propia sangre, la luna, se escribió su nombre sobre el rostro. YOLANDA…

Doy gracias por ti, por la alegría y los amaneceres que precedieron el aquí y ahora.

¡Te nacieron! y la tierra no padecerá la oscuridad- si iluminas.

viernes, octubre 26, 2007

A propósito de Karla Suárez


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Foto: Daniel Mordzinski


Durante el pasado encuentro Bogotá 39, a Karla Suárez y a mí nos acusaron de ser las más despeinadas. No tengo idea de dónde se saca la gente tales conclusiones. En fin, que la despampanante cubana estuvo disertando sobre su última novela y a propósito de La viajera ha dicho:

“Cómo nacen las historias es siempre un misterio, pero más misterioso aun es cómo nos dejamos llevar por ellas y caemos en la trampa de los personajes que, mientras más pasa el tiempo, más crece mi sospecha de que en realidad son ellos quienes existen y el escritor no es más que una ficción obra de sus mentes, algo necesario para llevar sus vidas al lado de acá, digamos que una especie de médium o de moderno esclavo al servicio de los seres que habitan la verdadera realidad.

Los personajes son autoritarios, independientes y caprichosos, al menos así han sido todos con los que me ha tocado lidiar. Por ejemplo en La viajera, mi última novela, la protagonista se llama Circe y es una mujer que viaja por el mundo buscando una ciudad donde detenerse. Soy de esos que no pueden comenzar a escribir hasta que no “escuchan” la voz de los personajes (se ve que ya me asumí médium), pues la tal Circe empezó a hablarme y cada día se fue haciendo más presente hasta que llegó el momento en que consideré que la conocía lo suficiente como para empezar a escribir sobre ella. Y comencé. Tenía claro el inicio de la novela, que es en realidad casi el final de la historia. Luego tenía anotaciones sobre futuros personajes y escenas, algunas ideas y la certeza de que sólo la escritura esclarece lo que va a suceder. Con todo esto partí calculando que no demoraría demasiado en terminar.”


El site Losnoveles.com ha publicado un fragmento de otra de sus obras, Silencios. Por aquí va:

“Después del incidente en la escuela, me convertí en aliada de la profe de Literatura y enemiga secreta de todos los demás. Ellos me miraban como a un bicho raro, la flaquita de los ojos claros y los labios gruesos, paliducha y despeinada, que se sentaba al final de la fila y a quien nadie quería besar. Eso era yo.

La profe de Literatura siempre se acercaba preguntando por mi madre y mi abuelita. Yo inventaba historias fenómeno y ella me prestaba libros. Un día dijo que la belleza de las personas no estaba en la apariencia y me regaló El principito. Entonces comprendí muchas cosas y me dediqué a demostrar mi superioridad. Cuando pasaba junto a un grupo y alguien dejaba escapar un «marimacho», yo me detenía, los miraba con desprecio y me alejaba diciendo que «lo esencial» era «invisible para los ojos», mientras sonreía irónicamente dejándolos a todos con sus caras de idiotas y sus risitas de quien no comprende nada.

El tipo de mi clase que más odiaba era el Ruso, le decían así porque su madre era soviética y él había nacido allá. Era el bonito del aula, el que todas las muchachas querían como novio, el líder de los varones que se sentaba en el patio a hablar mal de su país natal, cuando todo el mundo hablaba maravillas, mientras su madre vendía de contrabando los productos comprados en la diplotienda, como toda buena rusa divorciada de cubano.

El Ruso fue el que me bautizó «marimacho». Él era el dueño de todos los bautizos y de la mitad de la merienda de las niñas que llevaban merienda, y el primero al que soplaban los exámenes; era el emperador de mi año y por eso lo odiaba más. Las muchachas en cambio lo adoraban porque era alto, rubio, bonito y además cambiaba de tenis todos los meses. Ellas andaban en manadas. Un grupito de niñas bonitas, acompañadas de otras feas que se encargaban de llevar los recados de los muchachos hacia ellas. Otro grupito de niñas calladitas que siempre hacían las tareas y eran monitoras de todas las asignaturas. Otro grupito de brutas y envidiosas del primer grupo. Y yo, que me sentaba en el fondo a pintarlos a todos mientras ideaba formas de divertirme a sus espaldas. A las niñas les metía ranas en las maletas a la hora del receso, o mojaba sus pupitres para verlas gritar en cuanto se sentaban. A los varones les metía tachuelas o les echaba tinta de mi bolígrafo. Yo sabía moverme sin que nadie lo notara y así todos pensaban que era el Ruso y su clan, y bajaban la cabeza sin mayores aspavientos. Pero mi venganza no era con todo el mundo. Los idiotas eran idiotas y con eso les bastaba, yo me divertía con los que le sonreían al emperador aceptándose siervos, porque en el fondo lo que me hacía gracia era ver la cara del Ruso mirando los rostros para tratar de descubrir quién era hereje a sus espaldas.”

Fragmento de la novela Silencios (Lengua de Trapo, 1999)
Los noveles

Amos Oz: Es crucial poder mirar al pasado directamente a los ojos


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Hoy se entregan el premio Príncipe de Asturias de las Letras 2007, y el escritor israelí Amos Oz será distinguido esta noche con el galardón. Me conseguí en La Tertulia de Río Piedras varios libros de él, que dentro de poco leeré (hacen aún fila Ian McEwan, Susan Sontag, Jorge Volpi y Carlos Ruiz Zafón). Le hicieron por estos días una entrevista en Elperiodico.com y me llamó la atención esto que dijo: “La literatura es un vehículo maravilloso para mejorar la comunicación. Es difícil odiar a un pueblo si se ha leído a sus autores.”

¿Será cierto? Me gustaría creer que sí.

Incluyo parte de la entrevista:

--¿Qué supone para usted compartir el escenario del Teatro Campoamor con víctimas del Holocausto?
--Recibir el Príncipe de Asturias es un tremendo honor por el amor que profeso a la literatura española y a Latinoamérica. Y es un honor mayor el compartir el escenario con el Yad Vashem, porque se trata del recuerdo, de recordar. Escribir literatura es también recordar.

--En España se hace revisión de la historia. ¿Todos los pueblos deben hacer memoria?
--Es crucial poder mirar al pasado directamente a los ojos, pero hay que tener cuidado de no quedar hipnotizado por el pasado. Hay que mirar atrás para poder olvidarlo, y luego recordar que se ha olvidado.

--¿Es posible la reconciliación entre árabes e israelís?
--Sí, es posible siempre que no se base en el olvido total. La reconciliación tiene mala reputación, sobre todo entre los idealistas, que creen que el compromiso es incoherente. Pero yo creo que el compromiso es vida, y lo contrario de la vida es el fanatismo. Y se lo digo yo, que sé algo sobre el compromiso... ¡Llevo casado 47 años con la misma mujer!

--Ha escrito usted mucho contra el fanatismo. ¿Confía en una cura?
--Me temo que no. Es como un gen malo del ser humano. Se puede contener, pero no se puede eliminar. El fanatismo existe no solo en la religión o en la sociedad, sino también en el seno de la familia.

--¿Cuál sería su solución para Oriente Próximo?
--La solución es retomar el compromiso histórico entre palestinos e israelís. Los palestinos reclaman su derecho sobre la tierra, y tienen razón. Los judíos israelís, también. La solución es dividir la tierra en dos naciones: Israel y Palestina, y que convivan en paz. Si me pregunta en cuánto tiempo, lo desconozco. Pero no existe otra alternativa.

--¿Qué papel desempeña Europa?
--Europa se equivoca al adoptar una postura de institutriz victoriana, apuntándonos con el dedo índice. Debería ayudar a palestinos e israelíes a superar miedos e inseguridades, y a trabajar para solucionar el conflicto.

--¿Y Estados Unidos?
--Ha cometido muchos errores. Uno colosal ha sido la invasión de Irak. Es imposible imponer una democracia con pistolas.


Además, elcomerciodigital.com ha dicho:

“Un escritor es un ser que escudriña la sociedad, un testigo atento de la época que le ha tocado vivir, un espectador que no permanece impasible ante los retos a los que han de enfrentarse los pueblos. Pero también debe ser alguien que viaja a su interior, hacia el pasado de sí mismo para comprender quién es a través de la memoria.

Amos Oz, el escritor israelí galardonado con el premio Príncipe de Asturias de las Letras 2007, ha dado todos esos pasos y ha hecho todos esos viajes. Fruto de ello es una obra llena de emoción, de poesía, reflexiva, conmovedora y variada. Conocido en todo el mundo, pues ha sido traducido en más de 30 idiomas, es el puente entre la gran tradición literaria europea y la nueva literatura en hebreo después de un vacío de siglos. Cuando se piensa en Oz y en su rica producción literaria es inevitable que surja inmediatamente un título publicado en 2003: 'Una historia de amor y oscuridad', una autobiografía considerada por muchos como una de las grandes obras literarias del siglo XXI. La historia de una familia, una familia centroeuropea, de la diáspora, que intentó reconstruirse al tiempo que construía un país, Israel.”

jueves, octubre 25, 2007

Houellebecq me hizo llorar.


Las partículas elementales
Michel Houellebecq
Editorial: Anagrama
Año publicación: 1998


Houellebecq me hizo llorar. Tengo que correr a hablar con Francisco Font Acevedo. Cambié de opinión sobre este autor y tengo que advertirle. “Las partículas elementales” de Michel Houellebecq me resquebrajaron el espíritu y me tomó por sorpresa. No lloro muy fácilmente cuando leo. Especialmente cuando lo que leo se inicia de manera tan dramáticamente técnica, casi aburrida. Las partículas inician con un discurso tan adeénico (del ADN), tan genomahumanístico que estuve a punto, en más de una ocasión, de lanzar la novela a la basura. Bendito, Mayra Santos fue la que me la prestó.

Ochenta y dos páginas más tarde, y un cheerleading de parte de Moises Agosto, ya empezaban a caerme bien estos dos hermanastros, Bruno y Michel. Especialmente Bruno, vicioso del onanismo. Todas las referencias directas, casi cínicas que se hacen de su portentosa inclinación a la masturbación —a todas horas y en todo lugar—son muy ingeniosas, al extremo de erotizar al lector. Ajá, entonces creí, tonta de mí, que me hallaba frente a una novela erótica-científica, en donde el asunto de la clonación humana se mezclaba con los clubes de nudistas y las orgías en los centros nocturnos.

Le dije a Moe: Cielo, estoy leyendo a Houellebecq. Él me dijo: ¿Cuál? Yo le contesté: Las partículas. Termínala, chula, termínala y te acordarás de mí. Me acordé.

Treinta páginas antes del final, muere la mujer de Bruno, en una escena tremendamente dramática. Quince más tarde, muere Anabelle, la compañera de Michel. Ambas se han quitado la vida. Luego Bruno se interna en un hogar mental y Michel desaparece en eventos que aún no se esclarecen del todo. El final-final es lo impactante. De ese sí no suelto prenda. El entramado real no se deja ver hasta lo último. Basta con añadir que la desolación descrita en la apología del futuro de la raza humana anterior, posterior, nueva y vieja, es impresionante, toda una loa. La novela está totalmente volcada de sentimientos de soledad, de yermo, de aislamiento y a la vez es un panegírico de motivaciones palpitantes.

De Michel Houellebecq se ha dicho que es probablemente el mejor novelista europeo, lo cual no lo exime del caos causado por críticos a favor y en contra. No le he leído más que Las partículas, pero sin duda su estructura narrativa es muy buena. Anticipa procesos científicos que pueden modificar nuestro futuro como especie, pero que, por otra parte, no son mucho más importantes que otros procesos de naturaleza religiosa y que marcarán el futuro. Usa estas herramientas a su antojo, de telón de fondo, y le da las volteretas necesarias como para hundirte en su trama sin que lo notes. Claro, que primero pensé que el argumento de la novela era un discurso aburrido misógino todopoderoso, en el cual los personajes se jactaban de jugar al misántropo xenófobo, pornógrafo cuasi-obsesionado por las dicotomías en duplex frataernalis, pero al final resultó que ésa precisamente era la belleza ulterior de la historia. Resultó que me hizo pensar en Ray Bradbury y en Asimov, y a mí, todo aquello que me hace pensar en Asimov me enternece.

Ramón Muñoz, reseñistade Bibliopolis.org, ha dicho:

“Las partículas elementales dista de ser una lectura cómoda. Plantea su tesis y la defiende con una solvencia que a más de uno le hará revolverse en el asiento. Tampoco ofrece asideros para esquivar el naufragio. Izquierdas, derechas, utopías, es igual: hay palos para todos. La sensación de callejón sin salida que provoca el libro puede resultar agobiante y el único pero que le encuentro es la falta de un toque de humor que suavice el trago.”

A mí Houellebecq hasta me inspiró un poco. Tuve que escribirle a mi nene lindo. Pausa.

Mensaje a mi nene lindo:

Las partículas elementales me han enseñado sobre tu frío. Por qué tiemblas. Río al pensarlo. Te embromo diciendo que tienes paludismo. Houellebecq me habla a través de Michel, a través de Bruno. Corpúsculos de Krause te tocan y se enciende la piel de un color extraño, labios morados sin maquillaje. Tu sombra presente sobre mí en la superficie de la dermis, sensible al congelamiento global desde este polo, se ubica en mi lengua, en la tuya, en nuestros órganos que se multiplican si se descubren mutuamente. Son dendritas ramificadas y encapsuladas. Hacen sinapsis y eyaculan todas, las tuyas y las mías.

Final de la pausa.

Ahí está. Se lo debo a Houellebecq. Le debo este espasmo de ¿prosa?, una buena lectura, unas cuantas lágrimas y una larga reflexión sobre la inmortalidad del cuerpo esencial, del cuerpo dotado de las más elementales partículas.

miércoles, octubre 24, 2007

Adriana Lisboa: coragem para assumir sua própria voz



Adriana Lisboa habla español, pero lo habla poco. Ha contestado mis curiosidades con los matices sonoros de un Brasil encendido. Su portugués es tan cadencioso como la melodía tropical salsera que se baila aquí. Su ideología de la literatura es que la salva, que es esencial, que no podría hacer otra cosa si no escribiera.

Me dice:

Yolanda.
Mil desculpas pela demora.
Acabei decidindo te responder em português mesmo, pois em espanhol eu demoraria ainda mais...
Se você quiser, pode traduzir as respostas. Surgindo alguma dúvida, estou por aqui.
Besito,
Adriana

www.adrianalisboa.com.br

http://caquiscaidos.blogspot.com/


Que surpresa, se algum, lhe deu o encontro Bogotá 39?

A surpresa foi encontrar um grupo tão amigável, como um dos participantes já disse, que deitou por terra aquele mito dos escritores e seus egos imensos e impenetráveis. Também creio que foi bastante bom constatar que pensamos de modo parecido a literatura e realizamos de modo bastante distinto nossos textos. Que não há escolas ou geração, mas apenas contemporaneidade.

Que você está indo escrever após o encontro?

Estou escrevendo um romance curto ambientado na cidade de Paris, um trabalho encomendado pelo projeto Amores Expressos, que está mandando 16 autores brasileiros para 16 cidades do mundo com o objetivo de escrever um livro.

Que conselho que você ofereceria àqueles que querem escrever para a primeira vez?

Algo que já disse várias vezes quando dava oficinas de escrita: coragem para assumir sua própria voz, humildade diante de seu próprio trabalho. Às vezes penso que começar a escrever é um pouco parecido com começar a dirigir um carro: você se acha o melhor motorista do mundo, até que dá uma batida e fica mais humilde, passa a ter a real dimensão do que é.

Você evita alguns assuntos quando você escreve?

Não. Muito pelo contrário. Gosto de desafios.

Descrever-nos seus maniacs, hábitos impares, amulets ou retornos quando você começa um livro novo.

Não tenho muitos. Normalmente escrevo ou em silêncio ou ouvindo música instrumental (jazz, 90% das vezes). Claro que a música desaparece quando estou realmente envolvida com a escrita, mas de tempos em tempos ressurge, e gosto da companhia. Também gosto da companhia do café. Gosto de estar de porta fechada, perto da janela que dá para as montanhas. Mas tudo isso independe de ser um livro que começo a escrever ou um que já estou terminando.

A quem você ama quando você escreve?

Depende do livro. Às vezes amo um personagem. Às vezes amo alguém que vira personagem, que empresta seus traços ao personagem. Às vezes amo o leitor hipotético com quem, através do livro, vai se estabelecer alguma comunicação. Acho que essa é, sobretudo, a finalidade da escrita – além daquela outra que todos conhecemos, a de reciclar nossa própria existência e nossas experiências, muitas vezes incompreensíveis, domesticando-as ao problematizá-las no texto.

martes, octubre 23, 2007

Rodrigo Hasbún: "Los escritores que admiramos siempre están ahí, a nuestras espaldas."


A propósito de su libro Cinco (Gente común, 2006), Rodrigo Hasbún ha dicho: “Esos cuentos iban saliendo solos, era un poco como si ya estuvieran escritos. Posiblemente la distancia ayudaba. No había pudor ni miedo de herir a nadie, podía hablar de su gente y de sí mismo como si todo fuera inventado. De pronto, quizá debido justamente a la distancia, había surgido la necesidad de hacerlo.” Esa distancia la necesita el escritor, que es también guionista, precisamente, para poder plasmar lo que a veces duele y hace doler en los demás. En otra ocasión ha reaccionado: “Me interesa la literatura íntima. Esa en la que parecería que el escritor te está hablando al oído, sólo a ti. Esa en la que los personajes aparecen desnudos y dispuestos a mostrarse y mostrar su terror y sus esperanzas, las dudas y el remordimiento, la tristeza que a veces llega y no siempre se entiende.”

Rodrigo se deja la barba para el camuflaje, para pasar como mayor de sus pocos veintisiete años, y se la acaricia reverencioso cuando piensa con detenimiento en algo. Sus amigos le llaman Tico. Llegó a ganar el Premio Nacional de Literatura Santa Cruz de la Sierra en 2002. Tiene un arete de plata en la oreja izquierda, y se juega con él cuando está nervioso. Adora la literatura, y no le importa haber sido el más joven del evento Bogotá 39. Es un tipazo muy seguro de sí y muy pintoresco. Todo un viaje, este señorito.

¿Qué sorpresa, si alguna, te dio el encuentro Bogotá 39?

Sospecho que la mayoría coincidiría conmigo: la buena predisposición de todos resultó realmente sorprendente y muy grata. Había mucha curiosidad de conocer a los otros, de hablar con ellos, de saber en qué andaban.

¿Qué vas a escribir después del encuentro?

Ahora, por lo pronto, estoy corrigiendo una novelita que se publicará en los próximos meses. Es una novelita que escribí hace tiempo: el que la escribió y el que la corrige, a momentos, son dos escritores distintos. Eso no deja de llamarme la atención. ¿De aquí a unos años me avergonzaré de lo que estoy haciendo ahora? ¿De aquí a unos años, al contrario, querré volver y ya no será posible?

¿Cuáles son tus referentes primordiales a la hora de escribir?

Los escritores que admiramos siempre están ahí, a nuestras espaldas. Para bien o para mal.

¿Qué consejo brindarías a quienes se lanzan a escribir por primera vez?

Que no teman. Que se lancen una y otra vez. Que no dejen que los resultados iniciales los ahuyenten.

¿Evitas algún tema cuando ejerces tu oficio?

Me gustaría creer que ninguno. Al menos conscientemente.

Descríbenos tus hábitos, manías, amuletos o recurrencias cuando comienzas un nuevo libro.

Soy muy elemental. Sólo hace falta que la necesidad se haya acumulado y que a partir de cierto momento ya no sea capaz de seguir reteniéndola. Para que eso suceda basta la persistencia de una sensación o la aparición de una línea o de una situación más o menos convincente. Una vez que comienzo hace falta también encerrarme y una buena provisión de café.

¿A quién amas cuando escribes?

La habitación en la que me encierro, cada vez que empiezo algo nuevo, se llena de fantasmas y de sombras. Pero en esa reunión difícil y necesaria no estoy seguro si lo que predomina es el amor.

lunes, octubre 22, 2007

Poesía y más poesía


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Reseña: De pudores y otras prácticas
Por Jorge Ariel Valentine


De pudores y otras prácticas
Por Jorge Ariel Valentine

Reseña:
Pudor, Roncagliolo, Santiago. Santillana Ediciones
2004. 184 páginas.



En comentario a su novela Pudor, dice el autor, que la suya es una novela “sobre la intimidad, sobre los deseos y los miedos que no confesamos ni siquiera a quienes más queremos, sobre los secretos con que nos protegemos para que los demás no nos hagan daño”. Con relación a sus personajes advierte que, “como muchas familias, todos esos personajes viven juntos y todos están solos”. Y ciertamente lo están, es en gran parte sus respectivos pudores y prácticas los que les enajenan. Publicada originalmente en 2004, esta corta novela, es una narración cuyo contenido no sólo se rescinde a la dimensión sentimental con la que el autor trata el tema de la familia; también funge como tesis acerca de las relaciones espirituales, físicas e interiores de individuos frente a tiempos modernos. El pudor al que Roncagliolo se refiere, no tiene sólo que ver con sexo, tiene que ver también con sus interpretaciones sobre el significado de la palabra en sí.

Relacionado a las reservas que pudiese tenerse con relación al sexo (definición del Pequeño Larousse Ilustrado), Roncagliolo propone una mirada versátil al tema frente a la cotidianidad; ese pudor del que habla, está socavado en la naturaleza de la familia, y es precisamente ahí que enmarca a varios de sus personajes más contundentes. El tiempo perdido, la vida mal invertida, la novedad confusa, la inocencia inexplicada, la soledad de estar acompañado; todos fungen como descripción adecuada para cada uno de los adyuvantes en esta historia. Vista desde afuera como una narración a seis voces (Lucy, Alfredo, Mariana, Sergio, Papapa y Rocky), Pudor contiene una intertextualidad no sólo sugerente, sino analítica al comentar cuán afectadas (y por tanto enajenantes) pueden ser nuestras relaciones humanas, en especial, esas que surgen alrededor del núcleo familiar latinoamericano.

El autor ha mirado bien a estos tiempos modernos, y con los vestigios que aún se recogen de ellos, ha compuesto una historia que capta al lector desde el inicio. Santiago no ha perdido detalle: ha anotado el fallecimiento del orden matriarcal desde la primera página, e intenta sostener que esa conciencia, no ha sido transferida a la próxima generación, al contrario, se ha perdido por causa de la represión y el régimen matrimo-familiar impuesto por el nuevo tren de vida. También es puntilloso –sin ser canónico – al resaltar la decadencia de la figura del pater frente a la inminente ruptura del tríptico masculino (padre, hijo y nieto), mostrándolo como tres componentes de raíz común pero futuro incierto.

Al leer vemos que el autor parece no sólo reseñar el peso que tiene el pudor en sus distintos contextos sobre cada personaje, sino teorizar en pequeña escala –pues la familia es una institución de individuos que conforman el ente social – la evidente deconstrucción del orden establecido.

Pudor es un libro de ágil lectura (un acierto a favor de los nuevos narradores latinoamericanos) y, en mi opinión, un comentario sólido frente a la evolución de esa nueva estructura, la post-familia. También es un gran acierto narrativo, en pocas páginas, captamos a cabalidad la psicología detrás de antiguas imposiciones frente al contexto de nuestro nuevo mundo feliz; un mundo frío, de cocacolas y rimmel a domicilio; de infidelidades y liftings, de fantasmas y Transformers, de instintos primitivos y riesgos por tomarse, en fin, de pudores y otras prácticas.

El mito en Ojos de Luna
Por Moises Agosto Rosario


El mito en Ojos de Luna
Por Moises Agosto Rosario


Joseph Cambell en su libro: El Poder del Mito, nos dice y cito: “Hoy en día, uno de nuestros grandes problemas es el no estar suficientemente familiarizados con la literatura del espíritu". Ante esta observación es obvio preguntarse varias cosas, primero ¿qué es la literatura del espíritu, y cómo el desconocimiento de esta, ante los ojos de Joseph Cambell, se constituye uno de nuestros grandes problemas? La literatura del espíritu según este pensador, es aquella que contrario a buscar y explorar el significado de la vida, recrea, a través de la palabra la experiencia de vivir, para transportarnos con nuestras experiencias desde el plano de lo físico al lugar de lo emotivo que nos hace estremecer ante lo que realmente se siente al estar vivo, al tener la habilidad de abrirse el pecho en dos para poder sentir el dolor del otro, la agonía del otro, la vida del otro.

Ante esta explicación es fácil entender porqué, el no estar familiarizado con esta literatura sea uno de nuestros grandes problemas. Para que una sociedad pueda subsistir es imprescindible lograr que esta pueda ir más allá del conocimiento lógico, racional e individual al conocimiento intuitivo, emotivo, espiritual y colectivo. Son las artes y la literatura herramientas que tenemos para lograr trascender a esos espacios carcomidos vorazmente por una sociedad moderna donde el culto al yo y al rito del consumerismo desmedido nos han llevado a desconectarnos de lo esencial para seguir nuestra travesía en la exploración de la condición humana. De ahí la necesidad de lo histórico y lo mitológico, y las dimensiones paralelas que esta nos brindan para poder subsistir.

Yolanda Arroyo Pizarro en su libro Ojos de Luna nos transporta a dimensiones paralelas que van más allá de lo ordinario y superfluo, usando como recurso lo mitológico y lo histórico. Sus cuentos nos trazan un camino, nos brindan pistas para ayudarnos a descifrar las potencialidades de lo que en su esencia es la condición humana. Sus relatos nos conectan a la experiencia de las injusticias históricas, de los marginados y oprimidos a través de ritos, guerras, reivindicaciones, venganzas, destrucción y nacimiento. Esta conexión, para el que lee a Yolanda con los ojos del espíritu, instantáneamente nos sitúa en un universo cíclico y alterno para llevarnos al conocimiento del poder y la catarsis de la palabra del cuerpo y de la sangre. Es de vital importancia entender el heroísmo femenino en sus cuentos, desde sus imágenes hasta los eventos narrados. Este no es un heroísmo feminista, clichoso y panfletario. Estos son actos recordatorios de la metáfora de lo que es el origen de todo, el principio y el fin, lo que se destruye y se crea. El poder de lo femenino a través de sus imágenes (la luna, el mar y sus olas) es un gran recurso usado por Yolanda para hacernos reflexionar sobre la significancia de lo sentimental, existencial y emotivo desde el cuerpo. Ese cuerpo que cíclicamente se prepara para dar vida y para destruirla. Patrones inherentes en nosotros en este universo macro del cual somos cómplices y del cual a veces escapamos cuando los ojos de la luna nos mira para hacernos, al menos intentar entender el propósito del todo. Ojos de luna es lectura importante para los que creen en lo esencial de las dimensiones del ser.

domingo, octubre 21, 2007

Pedazo piel hija


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Un día como hoy, hace nueve años a esta hora, yo estaba sentada en un cuarto de hospital con una bebé recién nacida mamándome desesperada el pecho izquierdo. Desesperada, sí, porque Aurora nació con una sedienta vehemencia por succionarme el elixir más elemental. Sus arcadas por traspasar de un cuerpo a otro, del mío al de ella, del negro al más claro, los líquidos del paroxismo más prehistórico y a la vez, más divino, iban acompañadas del dolor más dulce, del bienestar más estremecedor. La piel vuelta carne viva por la primicia y la inexperiencia, las aureolas laceradas, sensibles los enormes pezones. Sus tragos estaban llenos de un arrebato tal, que por las comisuras de su pequeña boca se le derramaba el abundante calostro. Dí leche desde el cuarto mes de embarazo, lo cual no es muy usual. Jugueteando a Marco Polo en la lujosa piscina del hotel Embassy Suites de Isla Verde, mientras celebraba un aniversario, se me chorreó el líquido amarillento por todo el traje de baño y mi rostro cambió de tonalidades. De la sorpresa, a la vergüenza, al desosirio. No entendía la traición corporal aquella.

Nada de lo que vino después fue planificado, al menos no por mí, porque en lo que respectaba a la criatura en formación, ella ya venía acomodando sus fichas aún sin habérseme salido del vientre. Decidió desde antes de nacer que lactaría hasta los cuatro años y que su pecho favorito sería, precisamente, el izquierdo. Andaba yo siempre con una malformación pectoral, como si se me hubiese vaciado una goma del auto. Seno derecho semi vacío, seno izquierdo explotándoseme y lleno, llenito, rebosante, hinchado y adolorido. Aprendió la nena a usar su motor grueso, practicando el pellizcarme la piel expuesta de su instrumento de comer, con sus uñitas, lo mismo que aprendió a rascarse las encías con la misma teta mientras le salían los dientes. Aprendió a usarla de bobo, de mamadera, de juguete, de maraca, de pera de boxeo, de tambor (tortitas, tortitas, tortitas de manteca sonaba mejor palma de la mano y teta, que aplaudiendo las dos manos), en fin… un día como hoy, en luna nueva.

Nació a las 4:54 de la tarde, después de dos pujos y pocas contracciones desde las 3:00. Acto seguido me la pusieron en el pecho, toda bañada en sangre y especias. Traía olor a batata dulce, el olor de las mujeres de mi casta. Me miró a los ojos llorando a todo pulmón. Abrió su enorme boca y se me guindó del pecho izquierdo. Lo mamó como si viniera programada, como si el mundo fuera a acabarse en breve y a ella le tocara detenerlo mamando así. Un día como hoy, 21 de octubre, me hice gente haciendo gente. Era miércoles.

Reseña por Nereidín Feliciano en Tinta Fresca


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Después de leer estos cuentos, usted querrá más
Tinta Fresca


Ojos de luna, una colección de ocho cuentos, deja al lector pidiendo más. El cuento principal, “Los ojos de la luna”, es extraordinario desde el gancho de la primera oración hasta la última. La autora invita al lector a adentrarse en el cuento y a convertirse en parte de las guerreras tainas que lo protagonizan.
“Moridero de olas” se desarrolla en un barco lleno de moribundos que van quedando en el mar y está narrado en primera persona. “Saeta” es un cuento doloroso de una venganza que el lector ve justificada, y “Alborotadores” nos lleva al templo de los mercaderes con un sorprendente protagonista.

“Especias del medioevo” narra una experiencia que se desarrolla bajo el manto de la Santa Inquisición en España y sus crueles obispos, mientras que en “Pollitos de colores” se aprecian las excentricidades de un médico pediatra. “Sin olas” se desarrolla en medio de la Segunda Guerra Mundial y trata de un suicidio… ¿o será un asesinato? El último cuento, “Claro”, gira alrededor del Claro de Luna de Debussy.

Cada relato es una sorpresa que se va desvelando poco a poco para llevar al lector al próximo. Como menciona Mayra Santos-Febres: “Yolanda Arroyo Pizarro va en camino a convertirse en una de las mejores voces literarias en Puerto Rico”.
Con estos cuentos el lector queda con ganas de seguir leyendo, Arroyo Pizarro llegó para quedarse.

Reseñado por Nereidín Feliciano, profesora de Comunicación de la Universidad de Puerto Rico en Arecibo. Lectora irredenta desde los 8 años. Le gustan mucho los “thrillers”.

viernes, octubre 19, 2007

Ciudadano Cero: sigue en escena


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Doris, su premio y su obra en español

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Ediciones B, la editorial que publicó la Antología del Bogotá 39, tiene los derechos de traducción al español (entre algunas otras casas editoriales: Punto de Lectura, Plaza & Janés, Planeta, Círculo de Lectores), la obra de Doris Lessing. Imaginen el brincoteo y la algarabía formadas cuando se enteraron que la Lessing, esta niñita octogenaria, se había llevado nada más y nada menos que el Nóbel de Literatura 2007. ¡A propósito de decisiones bien tomadas! Aunque es obvio que no conozco a la Doris en persona, se siente como un aire de familiaridad extendida el saberla hermanada en la palabra por una misma editorial. Puedo cerrar los ojos e identificar los transparentes tentáculos de su prosa que se regodean estirados hasta tocarme las palmas de las manos.

Los libreros españoles han sido asaltados por la sorpresa con el Premio, y prácticamente la noticia los ha tomado con los pantalones abajo, o sea, con poco o ningún inventario de los libros de Doris. En varias notas de prensa he leído que no sólo andan sin ejemplares de sus libros; lo peor es que aparenta que no los van a tener antes del mes de diciembre próximo. Christmas without Lessing, le llaman al asunto.

Hasta ahora, los títulos que más al alcance se encuentran, y no en gran cantidad, son, precisamente los reproducidos por Ediciones B: Canta la hierba, El viento se llevará nuestras palabras, Mara y Dann, El sueño más dulce, y Las abuelas.

Los acuerdos para reeditar sus libros corren como pólvora. Las casas editoriales se están volviendo locas y Ediciones B sonríe.

Después del viaje: Entrevista a Yolanda Arroyo Pizarro

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Yolanda Arroyo Pizarro: Después del viaje
Por Marioantonio Rosa
Especial para En Rojo
Periódico Claridad



Si en el insomnio estás, y el no dormir, va quedando en una gracia fija a la palabra, entonces dormir es desvariar, y en rico insomnio las palabras son grandes y fieles. Y es que el duermevela puede tener un carámbano de fantasía capaz de estremecer a un escritor, volverle intenso, empujarlo a la escritura iluminada. No soy capaz de decir cuánto me faltan las calles, escribe Charles Dickens en 1846 en Lausana. El gran escritor, amparado en su muy personal insomnio, se dejaba llevar por sus pies caminando medio Londres, buscando los ángulos, buscando otra ciudad en epidermis oculta de la que conocía. No estaba equivocado, había mucha piel. La suficiente para sus escritos memorables. No contemplaba los faroles de Holborne para aprender aritmética, o pasearse invisible por Charing Cross. Lo importante era que deambular significaba ser invisible para los demás y para sí mismo. Dickens no absorbía la impronta de las cosas en su espíritu, antes podríamos decir que su espíritu dejaba huella en las cosas. He aquí entonces un derroche dorado del buen insomnio.

Yolanda Arroyo inicia el pórtico escribiendo con intensidad. El papel va tomando forma y personalidad al filo del tema desangrado en imágenes y caminos. Empieza el recorrido por su imaginación que puede ser una ciudad sin dimensiones cercanas, una Seva, una Atlántida, un Teotihcuacán bajo las lámparas y los aullidos del ritual, bajo los ojos de la luna. Eso puede pasar bajo la rúbrica del insomnio. No duermo, por lo tanto escribo, leo, conquisto una palabra, defiendo personajes, los destruyo y los vuelvo a concluir.

Llega muy contenta con su última vivencia. Colombia, El Encuentro Hispanoamericano de Escritores de menos de 39, donde se ha reunido la nueva cosecha de narradores en surco al futuro de la Literatura Latinoamericana le ha brindado muchas satisfacciones. Un gran evento bajo la sombrilla de 60 actividades donde se ha discutido el rumbo de la narrativa y la novela en Centro y Sur América. En palabras de Piedad Bonnet quien tuvo a cargo la selección de los escritores participantes a este importante Congreso se buscaba y citamos que; “los seleccionados evidenciaran un conocimiento de la literatura que se hace internacionalmente, queríamos que se adivinaran grandes lectores detrás de los escritores”. En adición se hizo énfasis en los lenguajes novedosos, arriesgados, y mundos particulares. Existe consenso entre los escritores invitados sobre cuál género novelístico abre guiños en los lectores; si es la novela negra, la novela policial o los relatos fantásticos. Los escritores ya no suscriben un “Boom” como el que invadió el continente en los años 60. La robusta vida cibernética acerca fronteras, diálogos, diatribas sobre los nuevos escritos, los nuevos mensajes, el clamor de la posmodernidad, otras miradas, un gran futuro rodante en la diversidad, y eso le da alas fijas a una gran literatura.

Aun estando todos tan cerca, sigue la misma pregunta que siempre ha deslumbrado a Juan Goytisolo, ¿por qué escribimos? ¿es una obsesión? ¿una especie de amor incomprendido que nos toca, abre desvelos y símbolos, nos deja, y entonces le seguimos? Goytisolo ha dicho que escribe para ser un poco más feliz, que, en realidad es consumación de ese amor en tránsito, es decir, un acto de plenitud. Yolanda Arroyo Pizarro habla de la precocidad en el descubrimiento del verbo. Recuerda la biblioteca de su escuela, la escala de los libros y el presagio de una continua seducción que nunca le ha abandonado. Recuerda el primer contacto apalabrado y fiel; una antología de textos hispanoamericanos que disfrutaba entre vivos pasajes de personajes e idiomas del infinito que Yolanda fue fraguando con profundo celo terrenal. Recuerda, aún más, El Principito libro de ternura y amuleto definitivo, caminante con ella, durmiente en su marejada creativa. La narrativa en sus manos tuvo dos residencias; la fotográfica y la del verbo total.

Sigue recordando sus entornos: el Barrio Amelia de Cataño, una escuela, y otro gran narrador que adora, Emilio Díaz Varcárcel. ¿Cuál libro amas de Emilio? Dicen que de Noche tú no duermes, pues se sintió tan cerca que fue a esa escuela, e hizo la pregunta obligada. No, era otro nombre, Zenón Díaz Varcárcel, sin incidentes genealógicos, sin brújulas al escrito. Aún así, en estos momentos se encuentra digitalizando toda la obra de Emilio Díaz Varcárcel, ejercicio para la posteridad, de uno de nuestros más insignes escritores, ahí está la diferencia.
Su padre era un lector constante. He aquí entonces la primera residencia de su narrativa. La lectura, de las tirillas cómicas del Viejo Oeste le provocaba gran fascinación. Sus ojos, en el buen decir del hurgar, habitaban otra historia de la que su padre estaba leyendo. Ya captada la imagen, dibujaba y dibujada, quizás, ese Roy Rogers sin fuerte cintura de pistolas, o Gene Autry sin amaneceres de ataques indígenas, peleando el territorio herido. Quizá la historia pudiera ser El Llanero Solitario, buscando la luz acompañada por un buen tarro de cerveza, o El Zorro sin ese negro de guerrillas, tranquilo, tímido y de adusta belleza sentado en la comisura de una colina mirando los nuevos retos del horizonte, las batallas del mañana.

La lectura la atrapa, los libros van llegando a su alma, van llegando a su imaginación. Ya no importaba el género o la territorialidad del título. Podía ser el Almanaque Mundial, una enciclopedia, revistas literarias, paisajes de la vida en fin, su manera de leer cada palabra ofrecida, le brindaba el caminar a lo Charles Dickens por esos ángulos introvertidos que el mundo no gusta ofrecer a los mortales. Pero la vida misma siempre ofrece al verdadero escritor, misterios admirables. Nos dice Yolanda Arroyo que la palabra ha sido también una salvación. Entonces recordamos al maestro Francisco Matos Paoli, la irradiación cósmica, la vuelta genuina al ser que desterramos, la poesía… que salva en silencio. La vida, en el caso de Yolanda, toma unos giros que le hacen posponer ese ritual muy de ella, de escribirles a las burbujas de diálogo de sus relatos dibujados, fotográficos, en parlamento cinematográfico; la muerte de un gran amigo, caminante del alma; de los sentidos en iluminación, la muerte de sus abuelos, otros padres en infinitud de crianza y cariño; y luego el nacimiento de su hija Aurora. Aquí entramos a la residencia del verbo total. Se plantea una multiforme actitud para escribir. La profunda depresión de estos eventos; los primeros dos como lección de vida, el tercero como himno de amor, pero provocado por el síntoma post-parto, la animan a escribir con otra sintonía. Escribe un libro aún inédito, Conversaciones con mi hija, donde toda palabra escrita amarra una totalidad, un esplendor secreto que no conocemos.

La escritora entonces navega libre hacia su propia identidad, hacia el entorno sediento y necesario. En el 2003 es incluida en la Antología Alfonsina Storni de Narrativa, en el 2004 hace lo propio entrando con brillo a la Antología Sor Juana Inés de la Cruz, gana en ese mismo año el premio Origami de letras, asiste a los talleres de narrativa de Mayra Santos Febres y Luis López Nieves. En el 2005 gana mención de honor con su novela Los Documentados, en el certamen del PEN CLUB de Puerto Rico y logra un importante premio en Chile, el Viscondia. Chile, es exigente en sus parámetros de calidad. Hemos compartido poesía con Raúl Zurita. Hemos tertuliado con brillantez sobre Vicente Huidobro, Gabriela Mistral, Pablo Neruda. Raúl Skármeta nos llenó con su jovialidad y talento en esa hermosa FIL de Guadalajara del 2001 y Nicanor Parra abrazó nuestra cepa caribeña de poesía. Por tanto es más que orgullo que Yolanda Arroyo siga abriendo el surco de nuestra literatura en esta tierra hermana.

Pero no llega sola a nuestra entrevista. Nos brinda su última entrega literaria, Ojos de Luna, de la Editorial Terranova. La portada nos muestra las dulces mordidas de un ciclo lunar. La luna o Selene, o cascabelera como le llamaría La Sonora Matancera allá en la Cuba de los 40, brinda un mosaico muy particular, pero Yolanda ha preferido ponerle panderos ancestrales. La luna como cauce en las tradiciones, la luna de plata y rojo en el cauterio del ciclo menstrual, a su vez como melao-melamba en el cambio de los rostros, las máscaras vivas y jugosas de la imagen y la poesía, el secreto del poder femenino, la insolación lunar, sí, puro pozo de magia en la conjunción entre el lector y la escritora.

Dejamos como línea de seducción el cuento que abre el libro, Los Ojos de la Luna, Hispaniola 1493. Hispaniola, Santo Domingo, tierra de los futuros Pedro Mir, Marcio Veloz o Juan Bosch, tierra de 1493 aún tupida de senderos vírgenes, aún buscándose en la fisonomía inconclusa de cualquier alborada, aún ardiendo identidad en el vapor cenizo de los Areytos. En la historia, que da arranque al libro hay carencia de hombres. Los ataques caníbales de los Caribes iban haciendo ausencia, vacío, estupor nocturno y sobre todo soledad entre las mujeres indígenas. Deciden congregarse y crear su propio ejército en contra de los Caribes y en ese ímpetu se van a rienda las fluctuaciones mágicas entre ellas mismas. Los vientres se concilian con la recogida del ciclo menstrual, bajo el oráculo de las niñas. Allí Amina, bajo la emisión de sangre del ritual, pide convertirse en Anacaona, la Gran Cacica, junto sus gradas humeantes de Yucayeques, Anacaona diezma las cabezas de los guerreros caribes, los que han provocado que muchos maridos no regresen. Este relato posee una gran fuerza, repta al lector a sentirse en el mismo temblor de la descripción y el drama del desenlace. ¿El resto de este libro? Tarea para los lectores quienes disfrutarán de una lectura excelente, de un libro potente y con luz de trascendencia.

Yolanda Arroyo Pizarro es escritora de los tiempos literarios que vivimos, que aspiramos a escribirlos en tiempo de eternidad, y que dejarán páginas y páginas de testimonios y duelos, aplausos o dudas, pórticos o silencios. Un autor se fusiona con todos estos alientos, pero no importa, eso lo hace un autor fuertemente vigente, es esa diversidad, bravía, profunda y riquísima en matices. Yolanda es provocadora en el decir de sus relatos. Nos empuja a leerla, a buscarla, a perderla y al final, sin mediar el laberinto, nos inicia a esperar el próximo relato.

Les invitamos a visitar su Blog al que ha llamado, Boreales. ¿Premonición? Pueden ir a: http://narrativadeyolanda.blogspot.com

jueves, octubre 18, 2007

Los otros cuerpos: Antología de temática gay, lésbica y queer

Los otros cuerpos: Antología de temática gay, lésbica y queer desde Puerto Rico y su diáspora, es una reunión de muchos cuerpos. Una figura que marca sus contornos con sus textos, sus historias ocultas de una literatura marginal e invisible.

Los textos recogidos en esta antología representan un amplio espectro de la manifestación literaria puertorriqueña de finales del siglo XX y principios del XXI.

Los otros cuerpos constituye una nueva fundación, la apertura de un nuevo espacio. Un espacio que hoy se consagra para 44 escritoras y escritores, ejemplificando la más diversa expresión. Muchos cuerpos en un cuerpo, que privilegia su voz para identificar las preocupaciones, motivos y anhelos de la comunidad gay, lésbica y queer.




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Nos unimos a la pena ante la muerte del colombiano Germán Espinosa



Durante los treinta y nueve segundos que tuvimos en Colombia para dirigirnos a la ciudad de Bogotá, Leonardo Valencia habló de Germán Espinosa. Nos contó, brevemente, de su obra, de sus aportaciones a la literatura y de que estaba muy enfermo. Tienen con ustedes a un gran escritor, quiéranlo mientras aún pueden. Eso dijo Leo.

Ayer nos enteramos que esa enfermedad le cobró la vida. Las reflexiones ante la existencia-inexistencia son académicas, se quedan cortas. Conocí su obra a través de Editorial Norma cuando lo publicó en la serie Colección Novela Negra con el título Rubén Darío y la sacerdotisa de Amón. Vivirlo por entre los ojos de Valencia, su admiración y su devoción para describirlo, me llevó a otro nivel de consciencia. Te lo agradezco con toda el alma, Leonardo.

En su blog, los admiradores del Maestro Espinosa han dejado esta nota: “Si estás frente al computador, amigo lector, respira hondo: acalla los ruidos de la calle. Serénate. Piensa en el preñado silencio de las estrellas, del cosmos. Hacia allí navega el Maestro Espinosa.”

La nota de El Universal lee:

Falleció el escritor Germán Espinosa, voz imprescindible
El Universal
Jueves 18 de octubre de 2007


El escritor colombiano Germán Espinosa, autor de la novela La tejedora de coronas, reconocida por la UNESCO en 1992 como una de las “obras representativas de las letras humanas”, falleció ayer en Bogotá a los 69 años como consecuencia de una neumonía. Espinosa, quien había nacido en 1938 en la ciudad colombiana de Cartagena de Indias (norte), padecía además un cáncer que le impedía hablar.
Su obra, de más de 36 libros, ha sido considerada por algunos críticos literarios como una de las más representativas de Latinoamérica.

Espinosa escribió su primer libro a los 15 años, un poema denominado Letanías del crepúsculo, al que sucedieron La noche de la trapa (1966) y El basileus (1965).

Su obra La tejedora de coronas (1982) narra una historia de una mujer en Cartagena en el siglo XVIII. Este escrito fue traducido al italiano, francés, alemán, inglés y chino, entre otros idiomas.


Agencias EFE también indica:

Muere el escritor colombiano Germán Espinosa

El escritor colombiano Germán Espinosa falleció el miércoles tras una prolongada enfermedad, informaron allegados al novelista, cuya novela 'La tejedora de coronas' fue incluida por la Unesco en una selección de obras literarias patrimonio de la humanidad.


Un hombre ante unas estanterías llenas de libros.
Espinosa, de 69 años, falleció mientras era atendido de una neumonía. Desde hace un año padecía además un cáncer que le impedía hablar.

El escritor, que nació en 1938 en el balneario histórico de Cartagena (costa caribe), publicó su primera novela 'Los cortejos del diablo' en 1970 simultáneamente en Montevideo y Caracas.

En 1982 apareció 'La tejedora de coronas', que fue recibida con escepticismo en su país, pero recibió elogiosos comentarios en sus versiones en italiano y francés. Diez años después la novela fue incluida por la Unesco como una de las obras representativas del quehacer literario mundial.

En 2004, Espinosa había sido designado miembro de la orden de las artes y las letras por Francia.

OBRAS
Novela
- Aitana. Bogotá. Editorial Alfaguara, 2007.
- Cuando besan las sombras. Bogotá: Editorial Alfaguara, 2004.
- Rubén Darío y la sacerdotisa de Amón. Bogotá: Grupo Editorial Norma, 2003.
- La balada del pajarillo. Bogotá: Editorial Alfaguara, 2000.
- Romanza para murciélagos. Bogotá: Grupo Editorial Norma, 1999.
- La lluvia en el rastrojo. Bogotá: Arango Editores, 1994.
- Los ojos del basilisco. Bogotá: Altamir Ediciones, 1992. 214 p.
- La tragedia de Belinda Elsner. Bogotá: Tercer Mundo Editores, 1991.
- Sinfonía desde el Nuevo Mundo. Bogotá: Editorial Planeta Colombiana, 1990.
- El signo del pez. Bogotá: Planeta Colombiana Editorial, 1987.
- La tejedora de coronas. Bogotá: Editorial Pluma, 1982.
- El magnicidio. Bogotá: Plaza & Janes Editores, 1979.
- Los cortejos del diablo. Montevideo: Editorial Alfa – Tiempo Nuevo, 1970.

Cuento
- Cuentos Completos. Bogotá, Editorial Alfaguara, 2007.
- Sus mejores cuentos: antología personal. Medellín: Editorial Universidad de Antioquia, 2001.
- Cuentos Completos. Bogotá: Ministerio de Cultura - Arango Editores, 1998.
- El naipe negro. 1998.
- Noticias de un convento frente al mar. Bogotá: Editorial La Oveja Negra, 1988.
- Cuentos Completos. Bogotá, Editorial Alfaguara, 2007.




Enlaces:

Germán Espinosa: Su muerte (Noticias)

Germán Espinosa Alfaguara

Germán Espinosa Wikipedia

miércoles, octubre 17, 2007

Nadie sabe lo que está en la olla


Nadie sabe lo que está en la olla
Por Mariposas Congeladas


Siempre me cuelgo en los exámenes de selección múltiple. No sé si me perdía en la redacción de la premisa o si el terror a escoger una alternativa paralizaba la mente. Pero la vida tiene un extraño sentido del humor y hoy me toca repetir una prueba.

El ruido de la cuchara tocando en la esquina del caldero me trajo a la realidad. Alguna vez fue color aluminio, ahora es prieto como la brea. –Nena. ¿Y Mary?- sin apartar la mirada o su mano de la cuchara continuó cocinando. No sé cómo le dedica tanto empeño. Padece de dolores de espalda, lleva más de treinta años moviendo remos adentro de un caldero de arroz para los niños en la escuela y todavía le quedan ganas. En el gabinete donde están las semillas de achiote, hojas de laurel y aceite Betis ahora cohabitan las pastillas de la presión arterial. Ni la osteoporosis le ha pedido permiso para comerse parte de sus huesos. Desconozco cómo puede estar de buen humor escuchando a abuela gritar en sus viajes seniles a diario. –Viene de camino.¬- le contesté con la muela de atrás. Por mí que no llegue. Ya me había dado el ultimátum, esa palabrita que las abogadas son locas utilizando. Claro, Mary estaba empeñada en su alternativa, cada cual tiene una definición acomodaticia de lo que constituye la felicidad de la otra. Dentro de poco necesitaré fumar un cigarrillo. Eso tampoco se lo he dicho a Mami.

La olla de presión silbaba alegremente. En el interior se desalaban unas patitas de cerdo. El olor trajo a mi memoria la primera vez que traje a Mary a casa, ya han pasado ocho años desde que probó el arroz con patitas de cerdo que hace Mami. Imagino que es una coincidencia, hoy comeremos lo mismo. Miré el reloj, pronto cruzaría la puerta. Unas gotitas de sudor frías comenzaron a brotar encima de mis labios. Aspiré para hablarle. Salir de todo esto, antes de que llegue Mary. Eso habíamos acordado. La vi sacando el pote de alcaparras y el olor a sofrito me detuvo. Ella estaba tan cómoda. Tenía puesta su bata de estar en casa, esas de corte cuadrado con estampados de flores, las que juré jamás utilizar. Siempre cocinaba descalza. Noté cómo el sudor del cuello le rizó unos pelitos que se escaparon del moño atado en la nuca.


Escuché que la puerta de screen se abrió. Ambas miramos en esa dirección, ahí estaba Mary. Saludó a Mami con un beso en el cachete. Se sentó a mi lado en la mesa de la cocina. No la miré. Pasó su mano por mi muslo hasta llegar a la rodilla. Agarró mi mano izquierda y la apretó. Solté mi mano de la de ella como quien espanta una mosca. Que maldita insistencia. Afortunadamente Mami nos daba la espalda, crucé miradas con Mary y le alcé una ceja. Ella respondió abriendo sus párpados a más no poder. Las pupilas se movían en dirección a Mami; con los labios señalaban hacia esa dirección. Suspiré. Tragué. No podía posponerlo más. Era hora de hacer una selección y, según Mary, ésta es la correcta. –Mami. ¿Recuerdas que hace ocho años atrás cocinaste arroz con patitas cuando te presenté a Mary? Sentí su mano agarrar la mía nuevamente. Esta vez no la dejé ir. Justo cuando iba a tomar el valor, elegir mis palabras, la premisa de esta interrogante cambió. –Sí nena.- sonrió mirando a la nada, -Como pasa el tiempo. Sabes, Ivy no pierdo la esperanza que algún día Mary y tú consigan buenos esposos. Giró su cuerpo hacia la estufa amarilla. Mary cruzó miradas de terror conmigo. Mojé mis labios. Observé las venas varicosas en las piernas de Mami. –Yo tampoco. La esperanza es lo último que se pierde. Mary soltó mi mano. No la pude mirar. Ella sabe que las pruebas de selección múltiple no son mi fuerte. Pero esta vez, escogí la mejor contestación.


-La autora es escritora participante del Taller de Narrativa en Vitrales y Espejos

martes, octubre 16, 2007

Yolanda Arroyo Pizarro y Mayra Santos Febres en conversatorio sobre el libro Ojos de luna


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COMUNICADO DE PRENSA
Para difusión inmediata



Yolanda Arroyo Pizarro y Mayra Santos Febres en conversatorio sobre el libro Ojos de luna en Borders de Plaza Escorial

SAN JUAN, PR, 14 de octubre de 2007 --- La escritora Yolanda Arroyo Pizarro autora del libro Ojos de luna (Terranova Editores, 2007) conversará junto a la escritora Mayra Santros Febres sobre su nueva colección de cuentos este sábado, 20 de octubre a partir de las 6:30 de la tarde en la librería Borders de Plaza Escorial en Carolina.

En el libro Ojos de luna, que ha sido considerado por la crítica como un "conjunto sólido y provocador" y forma parte de la colección de narrativa que lanzó Terranova Editores desde principios del 2007 , Yolanda Arroyo trae poderosos relatos que se cuentan con la inmediatez de la oralidad y la tenacidad de la mejor narrativa hispanoamericana.

Su fortaleza son sus personajes –predominantemente femeninos- que se enfrentan a diversas situaciones, desde variados espacios y tiempos, y se presentan descarnados en sus deseos, sueños, pesares y frustraciones, delineados con tal ímpetu que el lector llega a sentirse en ellos. Este logro es el más sútil indicio de que nos enfrentamos a una narradora del eterno drama humano.

Las escritoras protagonizarán el encuentro para dialogar sobre las historias del libro, el proceso creativo y los temas que predominan en esta colección.

Para información adicional, los interesados pueden comunicarse con la editorial al 787-725-7711.

Contacto:
Ana Ivelisse Feliciano
Terranova Editores
787-725-7711
anaivelisse@terranovaeditores.com

lunes, octubre 15, 2007

Menstrua la mañana
Por Yolanda Arroyo Pizarro


Menstrua la mañana.

Truenos, retumbos de un cielo que se abre por la espalda y cada lindero de mi fortificación se reduce a los tremores de tu ausencia. Caen las chispas que manchan la brea de un brillo sinuoso. Partículas intransparentes. Cubren a la ventisca con una pegajosidad que se adhiere a los algodones de la ropa, se adhiere a una multitud que camina lloviéndose.

Preguntas en el silencio que se clava con el rayo azul caído a dos cuadras, el por qué de sentirme tan sola. Y no es soledad, te aclaro. No dije que me sentía sola. No tergiverses la conversación de este murmullo de gotas. Dije que te extraño. Dije que cuando estoy con otros imagino estar contigo.

domingo, octubre 14, 2007

Entrevista a Pedro Mairal: "El miedo es un gran generador de historias"


Al amigo Pedro Mairal le han preguntado:

–¿Qué fue lo que generó El año del desierto, tu novela?

–En un momento tuve la oportunidad de irme a vivir afuera (de Argentina) y me di cuenta de que si me iba, una parte mía se moría. De algún modo, soy la ciudad en la que vivo; me producía una especie de extrañamiento irme a otro lugar en donde todo me iba a resultar ajeno. Esa posibilidad disparó esta historia de una Buenos Aires que se va borrando con los pastizales que avanzan sobre la ciudad. Después apareció la máquina de la historia: la lógica del tiempo al revés. A veces se me ocurren ideas que tengo que tirarlas de los hilos y que me dan mucho trabajo, pero esta idea del tiempo al revés apareció como un virus que se ramificaba en mi cerebro. Escribí una novela anti-histórica, una burla de la novela histórica; agarré la historia argentina como los chicos que rompen un juguete para ver cómo está hecho.

Así, Pedro Mairal, nos acerca un poco a sus motivos literarios. Nos muestra esa vista panorámica de la fobia que todo lo recorre, que todo lo inunda y que a la vez dispara la necesidad de entonar el “canto castrato” de la narrativa más descarnada: la que se escribe apoyada en el entorno más próximo y sus paranoias. Pedro ha dicho además: “El miedo es un gran generador de historias. Sacarle un poco de ventaja al miedo es una manera de ganarle.”

Pedro, todo un experto contador de historias, ha respondido además a Boreales mis curiosas interrogantes:

¿Qué sorpresa, si alguna, te dio el encuentro Bogotá 39?

La gente me sorprendió. Nadie andaba en plan de diva, a pesar de que había gente muy conocida. Todos estaban muy abiertos. Y eso facilitó el diálogo auténtico, el intercambio real, más allá de las teorías.

También me sorprendió esta Bogotá del 2007. Yo conocí una Bogotá paranoica y cerrada en el 2000. Y en este viaje encontré una ciudad abierta, con eventos públicos, nuevas escuelas y bibliotecas, con mucho movimiento cultural.



¿Qué vas a escribir después del encuentro?

Tengo varios libros en la cabeza. Espero que alguno decante primero que otro. Bogotá39 me dio muchas ganas de escribir. Hasta ahora no paro de escribir acerca del encuentro mismo. Y planeo ir haciendo reseñas de los libros que me traje, de los otros autores.



¿Cuáles son tus referentes primordiales a la hora de escribir?

Sobre todo poetas: César Vallejo, Neruda, Giannuzzi, Viel Temperley.



¿Qué consejo brindarías a quienes se lanzan a escribir por primera vez?

Que lean. Sobre todo que lean. Y que escriban cuando tengan ganas y también algunas otras veces.



¿Evitas algún tema cuando ejerces tu oficio?

Diría -a lo Terencio- que no porque "Nada de lo humano me es ajeno". Pero no estoy tan seguro de que sea cierto. Hasta ahora no he podido escribir sobre la enfermedad de mi madre, por ejemplo. Quizá algún día encuentre el coraje para hacerlo.



Descríbenos tus hábitos, manías, amuletos o recurrencias cuando comienzas un nuevo libro.

Hago listas de escenas, que amplío desordenadamente. Investigo. Me dejo devorar por la ansiedad. Y no le digo nada a nadie porque, si no, me deja de interesar.



¿A quién amas cuando escribes?

Amo la luz del mundo.

jueves, octubre 11, 2007

Diario de una Buena Vecina de Doris Lessing


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Este es uno de los libros que leí de Doris Lessing hace unos años. Toda una revelación. Diario de una Buena Vecina (1987) es melancólico, nostálgico, introspectivo. En él, Lessing escribe sobre dos mujeres, Janna y Maudie, que más diferentes no pueden ser la una de la otra. Un día las vidas le cambian. Se encuentran y, sorprendentemente, nace entre ellas una relación de cortesía, amistad y algo más que hace disparar las reflexiones de una y otra sobre su existencialidad y lo que resta, si algo, de ella. Vivir lo que queda, es la máxima. Vivirlo, ¿cómo?, es la encrucijada.

Hermosa narración. Depurada, pulida, podada. Me pasó con ella, como con Coetzee. No se puede continuar en el mundo, sin haberse devorado un Lessing.

Para leer datos biográficos de la autora, vaya a El Poder de la Palabra.

Lessing y la dedicación diaria


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Foto: El País


El pasado año 2006, durante el Hay Festival de Segovia, Doris Lessing mencionó algo con lo cual estoy 100% de acuerdo. EFE menciona:

“Lessing se ha mostrado contraria a la teoría de que a los escritores les llega la inspiración y se ponen a trabajar, "me irrita eso", ha dicho, el proceso es más de dedicación diaria y "no de esperar sentada a ver lo que viene".

Creo en la disciplina. Creo en sentarse a escribir todos los días. Todos los días. Creo en descartar lo malo y salvaguardar lo menos malo. Creo en bosquejar, en hacer borradores, en dejar descansar las historias y luego retomarlas. Creo en eso. En “eso” que ya han dicho otros, pero que ahora rescato de los labios de la Nóbel de literatura 2007. Una mujer vanguardista y luchadora por los derechos de la mujer, de las escritoras, de las soñadoras. Dedicación diaria. Eso, coño.

Doris Lessing
Una merienda en el campo (fragmento)


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"¿Cómo podemos saber si vieron lo que nosotros vemos? Quizá cuando miraron las colinas, valles, árboles, se hicieron con lo que vieron en una forma que nosotros no comprendemos, como los aborígenes en Australia pueden ser parte de un paisaje a través del canto. Quizá, avizorando, de espaldas a las pinturas que habían ejecutado, ellos eran el paisaje, eran lo que veían. En ocasiones la gente de hoy tiene destellos o momentos, que son como si formaran "parte de todo", emergen en "todo"; ondean en árboles, plantas, suelo, rocas y pasan a ser uno con ellos. ¿Cómo sabemos que esta condición, que se consigue sólo temporal y ocasionalmente, y por rara gente, no fue su estado permanente? "


Doris Lessing
Una merienda en el campo (fragmento)

Fuente: El Poder de la Palabra

Doris Lessing y su Nobel de Literatura 2007


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Me encanta que el Nóbel de literatura de este año sea Doris Lessing. No sólo me encanta, estoy que brinco del gusto. A Doris le he leído varias obras. Me gusta la idea de que alguien que ya “conozco”, se lleve el galardón. La Academia Sueca y “sus dieciocho” han dejado con la boca abierta a expertos y apostadores, por no sucumbir a la presión de las opiniones de ninguno de los bandos.

La Agencia ANSA reporta:

“PREMIO NOBEL DE LITERATURA A BRITANICA DORIS LESSING
ROMA, 11 (ANSA) - El Premio Nobel de Literatura fue otorgado este año a la escritora británica Doris Lessing.

La academia sueca, al argumentar los motivos del galardón a Lessing, destacó la capacidad de la escritora para trasladar "la épica de la experiencia femenina y su escepticismo y fuerza visionaria con la que examinó una civilidad dividida".


Hace poco Doris escandalizó hasta su editora. Les paso la nota de prensa de El Mundo:

“Doris Lessing vuelve a escandalizar, a sus 88 años, con su nueva novela

STUART WAVELL. The Times / EL MUNDO

LONDRES.- A sus 88 años, la facultad de escandalizar no ha abandonado a Doris Lessing, una mujer que tiempo atrás fue considerada una agitadora comunista. El lenguaje escabroso de su novela más reciente, The Cleft (La grieta), ha ofendido a la correctora de pruebas hasta el punto de que se ha negado a seguir trabajando en el libro.

La novela de Lessing narra la historia mitológica de unas mujeres conocidas como las clefts, que viven sin necesidad de aventuras sexuales ni de hombres y que sólo dan a luz a niñas, hasta que su armonía salta por los aires ante el nacimiento de unos descendientes varones, los squirts. Ambos nombres hacen referencia al aparato reproductivo [cleft significa grieta o hendidura; mientras que squirt quiere decir mequetrefe o chiquitajo].

«Le voy a contar», dice Lessing sin necesidad de preguntárselo, «qué es lo que a esta mujer le resultaba insoportable. Le molestaba la palabra cleft. Decía que la encontraba repugnante y degradante. No veo por qué. Le molestaba incluso más que squirt, la otra palabra».

Menuda, pero de un aspecto que impone, con el pelo canoso recogido atrás en un moño, Lessing recuerda a una sabia anciana india iroquesa, de nombre Caroline, que estaba convencida de que un buen día el mundo se iba a volcar patas arriba y sólo quedarían vivos los indígenas americanos y las hormigas. Esto le parecería perfecto a Lessing, quien recientemente opinó que el género humano era una especie sin ningún interés y que sería «mejor si todo esto se termina de una vez».
"

Ahora sólo queda esperar el resto de Lessing, que según vislumbra, será igual o lo que es lo mismo, mejor.

miércoles, octubre 10, 2007

Mañana se sabe el Nobel




Hasta ahora, hay encontronazos entre las opiniones de los apostadores y los expertos:

Estocolmo.- Los apostadores apuntan a que el Premio Nobel de Literatura recaerá este jueves en el italiano Claudio Magris. Los expertos, en cambio, consideran como grandes favoritos al surcoreano Ko Un o a los estadounidenses Don DeLillo y Philip Roth.

Daniel Sandström, jefe del suplemento cultural del diario sueco “Dagens Nyheter”, por su parte, opinó en vísperas de la entrega del galardón literario más prestigioso del mundo: “Lo único seguro es que los jurados siempre sorpenden”.

Y eso que “De Aderton” (Los dieciocho), como le gusta llamarse a la Academia Sueca por la cantidad de sus miembros nominales, no sorprendió para nada el año pasado.

El escritor turco Orhan Pamuk estaba en 2006 tanto en la cima de la lista de favoritos de la casa de apuestas británica Ladbrokes como en la de los expertos.


En la foto: Ko Un
Fuente: Milenio.com

Terranova Octubre 2007


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La roja con la que me tiño de dolor
Por Mairym Cruz-Bernal


Foto JP Witter



La roja con la que me tiño de dolor
Monólogo en Nueva York


te he hecho a la medida de mi soledad...
P. Eluard




seguimos
para qué seguir
qué persigo
qué persigues tú
habrá finalidad después de tus brazos
quieres ser el arquitecto
si llego
me buscarías
a escondidas
a la luz del sol

hablo con un hombre libre

si grito
taparías mi boca
si grito
gritarías conmigo

eres un hombre libre

cuánto tiempo tienes para perder
qué locura eres capaz de asumir

no sé

a qué jugamos
cuáles son tus juguetes
a qué hora te levantas
a quién haces el amor

quítame los anillos
las pulseras
el collar
despójame

no sé

no oigo a nadie responder
estoy a punto de tirar la pluma
desparramar la tinta
cambiar de sexo
hurgar por otros lugares
encontrar la estrella roja en un planetarium
la roja con la que me tiño de dolor
agarrarla
quemarme las manos con su luz
volver a cambiar de sexo
violentar
entender
dejarme morir crucificada
abrazada al madero de tu cuerpo

a Yolanda Arroyo Pizarro

Arroyo Pizarro al francés


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La Revista de Creación Literaria Bilingüe Arcoiris ha traducido al francés el cuento "Rapiña". El texto verá su publicación en el próximo mes de noviembre. Esta revista se distribuye en Paris en formato de papel desde el 1995. Arcoiris es dirigida por la chilena-francesa Diomena Carvajal quien realiza un maravilloso trabajo de difusión de obras de escritores latinoámericanos en Francia.



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martes, octubre 09, 2007

Hier, aujourd'hui et demain. Et dans la prochaine vie. Et le prochain.


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Ayer, hoy y toda la vida. Y toda la próxima vida. Y la siguiente.

VivAmérica


El Festival VivAmérica de Madrid cuenta con el hermoso ojo del fotógrafo de los escritores Daniel Mordzinski. Hay que ver la galería de fotografías que este talentoso artista del lente se ha agenciado durante los días pasados. El festival comenzó el 5 de octubre y terminará el próximo 14.

De Puerto Rico no hay representación, lo cual me embarga de pena. Sin embargo, la escritora cubana Mayra Montero, que es como de aquí, anda entre la delegación de escribientes.

Mesas redondas, clases magistrales y recitales de poesía de grandes nombres de la literatura iberoamericana conforman el grueso de las actividades programadas en el área de Literatura de VivAmérica Festival, en las que participan más de cincuenta escritores. Todas las actividades se celebran en la Casa de América.

NARRANDO A LO LARGO por Mayra Santos Febres




A partir del próximo sábado 20 de octubre, la escritora Mayra Santos-Febres ofrecerá un taller de escritura creativa centrado en el arte de la narrativa novelística. Dicho taller llevará por título "Narrando a lo largo". Es un taller para adultos, con cupo limitado de 15 personas, que se basa en el método de atención individualizada al proceso creativo de cada tallerista. Se reunirá los sábados de 1:00pm a 3:00pm en el Café Restaurante Griego "Fleria Theo's Greek Café"en Calle Loiza #1754, San Juan, Puerto Rico (#tel 787-268-0010). Los interesados en participar, favor de enviar un cuento o primer capítulo de novela de un máximo de 6 páginas, mínimo de 3 páginas de extensión, a la siguiente dirección electrónica:

mayra.santosfebres@gmail.com

Ensayos y poemas no serán considerados para la preselección de candidatos para este taller.

Acerca de mí

Mi foto
Yolanda Arroyo Pizarro (Guaynabo, 1970). Es novelista, cuentista y ensayista puertorriqueña. Fue elegida una de las escritoras latinoamericanas más importantes menores de 39 años del Bogotá39 convocado por la UNESCO, el Hay Festival y la Secretaría de Cultura de Bogotá por motivo de celebrar a Bogotá como Capital Mundial del libro 2007. Acaba de recibir Residency Grant Award 2011 del National Hispanic Cultural Center en Nuevo México. Es autora de los libros de cuentos, ‘Avalancha’ (2011), ‘Historias para morderte los labios’ (Finalista PEN Club 2010), y ‘Ojos de Luna’ (Segundo Premio Nacional 2008, Instituto de Literatura Puertorriqueña; Libro del Año 2007 Periódico El Nuevo Día), además de los libros de poesía ‘Medialengua’ (2010) y Perseidas (2011). Ha publicado las novelas ‘Los documentados’ (Finalista Premio PEN Club 2006) y Caparazones (2010, publicada en Puerto Rico y España).

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